Este lunes 14 de septiembre, un grupo internacional de científicos anunció el hallazgo de fosfina (PH3) en las nubes de Venus. Los científicos han señalado que se trata de un hallazgo asombroso e inesperado, que los lleva a profundizar las investigaciones en torno a las posibilidades de vida en la atmósfera del vecino planeta.
El descubrimiento ha causado revuelo en la comunidad científica internacional. Sin embargo, hace más de cincuenta años, el célebre astrónomo y divulgador científico Carl Sagan ya había sugerido la posibilidad de vida en la atmósfera de Venus.
A través de su estudio ¿Vida en las nubes de Venus?, publicado la revista Nature en 1967 en conjunto con Harold Morowitz, llamaba la atención sobre las posibilidades que ofrecían las nubes de aquel planeta para el hallazgo de vida, descartando, de paso, las características de su superficie.
«Mientras las condiciones de la superficie de Venus hacen inverosímil la hipótesis de la vida allí, las nubes de Venus son una historia completamente diferente. Como se señaló hace algunos años, el agua, el dióxido de carbono y la luz solar —requisitos previos para la fotosíntesis— abundan en las proximidades de las nubes», señaló.
Respecto a las condiciones y características que ofrecían las nubes de Venus, Sagan afirmaba: «Desde entonces, se ha proporcionado una buena evidencia adicional de que las nubes están compuestas por cristales de hielo en la parte superior, y parece probable que haya gotas de agua en la parte inferior. También existe evidencia independiente de vapor de agua».
Desde aquel entonces, sin embargo, las investigaciones en torno a Venus no avanzaron mucho, especialmente porque las agencias espaciales centraron sus esfuerzos en Marte. De todas formas, el último hallazgo refuerza la imagen de Carl Sagan como visionario y referente en esta materia.