Los propietarios de los drones deberán revisar y mirar bien dónde se encuentran antes de hacer volar sus dispositivos porque si se acercan demasiado a una base militar podrían quedarse sin su dron.
Hacer volar un dron demasiado cerca de una base militar ahora es motivo suficiente para su derribo. Es decir, tu dron podría dejar de surcar los cielos en un abrir y cerrar de ojos.
El Pentágono ha aprobado una política que permite a los militares estadounidenses tomar medidas contra los drones, de cualquier tipo, en cerca de 133 instalaciones militares de todo el país.
La sede del Departamento de Defensa de los EEUU ha anunciado la ampliación de las restricciones de los drones esta misma semana.
Aunque un reglamento emitido a principios de este año ya señalaba que volar sobre las 133 áreas militares restringidas podría llevarte a la cárcel, el ejército también puede ahora derribar o destruir tu dron.
Según el capitán de la Armada, Jeff Davis, la nueva política permite que los militares rastreen, inhabiliten, detengan y destruyan aquellos drones que entren en las áreas restringidas.
La medida la recibieron los servicios militares el mes pasado y aunque la política completa todavía está clasificada, varios detalles se han compartido esta semana para que los propietarios de drones sepan bien lo que podría pasar si violan las restricciones de vuelo.
La política permite que las bases militares «conserven el derecho de autodefensa», subraya Davis. La política se aplica a los drones de consumo, así como a los drones más profesionales que vuelan los UAV.
Según Davis, la Administración Federal de Aviación, junto con otras agencias, han participado en el desarrollo de esta política. Y si un dron es derribado o deshabilitado y confiscado depende de las circunstancias, asegura.
Antes de volar, la FAA recomienda a los pilotos echar un vistazo al mapa de datos de UAS, que además de señalar las áreas restringidas, mapea otras áreas donde el vuelo es ilegal, incluyendo aeropuertos.
Volar drones también está prohibido en determinados eventos deportivos y en las zonas próximas a incendios forestales. Así, bajo todas estas restricciones, Washington, D.C. es el área más restringida del país, según la FAA.
Mientras que los aeropuertos y las bases militares muestran una preocupación por la seguridad más que evidente, aquellos lugares en los que los drones pueden volar es un tema que se ha debatido durante mucho tiempo.
De hecho, un proyecto de ley en Oklahoma propone que los dueños de las casas pueden derribar los drones que vuelen sobre su propiedad privada. Y varias compañías de tecnología han desarrollado formas más seguras de desactivar los drones no deseados, incluyendo software que hackea drones y los devuelve a sus pilotos y un «arma» que interrumpe la señal y, por lo tanto, envía al dron de nuevo al suelo.