Durante la Segunda Guerra Mundial, el Ejército Rojo utilizó perros para contrarrestar el avance de los Panzer alemanes en el territorio ruso. Los soldados soviéticos amarraban minas antitanques en los lomos de los canes y los entrenaban para dirigirse a la zona baja de las máquinas nazis y hacerlas explotar.
Este miércoles 9 de septiembre, se dio a conocer un entrenamiento militar en que efectivos estadounidenses también ocupan canes, pero para realizar labores de búsqueda de amenazas y análisis de datos.
La gran diferencia es que, esta vez, se trató de perros robóticos, con cuatro patas pero sin cabeza.
Realizado en un aeródromo en el desierto de Mojave, es uno de los experimentos de alta tecnología más grandes de la historia de las fuerzas armadas estadounidenses y ofrece una vista previa del futuro de la guerra, informó CNN.
Los caninos electrónicos son solo una muestra de lo que el ejército de Estados Unidos llama Sistema de Gestión de Batalla Avanzado (ABMS). Los perros utilizan inteligencia artificial y análisis rápido de datos para detectar y contrarrestar las amenazas para los activos militares.
Will Roper, subsecretario de Adquisiciones, Tecnología y Logística de la Fuerza Aérea, expresó que en un futuro campo de batalla, los soldados enfrentarán “un abanico vertiginoso de información” para evaluar y necesitarán confiar en la síntesis de datos realizada en nanosegundos para luchar eficazmente.
“Valorar los datos como un recurso esencial es la clave para la guerra de la próxima generación”, agregó el funcionario en un comunicado de prensa.
El último entrenamiento de ABMS, realizado entre el 31 de agosto y el 3 de septiembre, involucró a todas las ramas del Ejército de los Estados Unidos, incluida la Guardia Costera, y utilizó 30 puntos en todo el país.
La Base de la Fuerza Aérea Nellis en Nevada fue una de ellas, y ahí fue donde los perros robot entraron en juego.
Los perros fueron bautizados como Vision 60 UGV, o “vehículos terrestres autónomos no tripulados”, por su fabricante Ghost Robotics, que tiene su sede en Filadelfia.
La empresa señala que pueden operar en cualquier terreno o entorno y que puden adaptarse para llevar una serie de sensores y radios. “Un principio de diseño fundamental en nuestros robots con patas es su complejidad mecánica reducida, si se lo compara con cualquier otro robot con patas, e incluso con los tradicionales UGV con orugas. Al reducir la complejidad, aumentamos la durabilidad, la agilidad y la resistencia. Nuestros UGV son imparables”, asegura el sitio web de la compañía.