Un gravísimo problema está afectando a miles de computadoras Intel, anteriores a las versiones de décima generación, ya que se ha encontrado una vulnerabilidad en la ROM del Converged Security and Management Engine (CSME).
Lo particular y peligroso es que este bug hace imposible corregir los errores de firmware que están codificados en la ROM de máscara de microprocesadores y conjuntos de chips.
Sin embargo, la mayor preocupación es que debido a que esta vulnerabilidad, hay un compromiso real a nivel de hardware, lo que obligaría a cambiarlo.
La vulnerabilidad real se denomina CVE-2019-0090, e impacta lo que en español sería algo así como el «motor de gestión y seguridad convergente» de Intel, anteriormente llamado Management Engine BIOS Extension (MEBx).
El error fue descubierto por los expertos en seguridad de Positive Technologies, que explican cómo funciona el problema: «Intel CSME interactúa con el microcódigo de la CPU para autenticar el firmware UEFI BIOS usando BootGuard. Intel CSME también carga y verifica el firmware del Controlador de administración de energía responsable de suministrar energía a los componentes del chipset Intel».
Positive Technologies agregó que hay otras funciones importantes que ejecuta el CSME, pues es «es la base criptográfica para las tecnologías de seguridad de hardware desarrolladas por Intel y utilizadas en todas partes, como DRM, fTPM e Intel Identity Protection. En su firmware, implementa EPID (ID de privacidad mejorada). EPID es un procedimiento para la certificación remota de sistemas confiables que permite identificar computadoras individuales de manera inequívoca y anónima, lo que tiene varios usos: estos incluyen proteger el contenido digital, asegurar las transacciones financieras y realizar la certificación IoT».
La vulnerabilidad permite extraer la clave del chipset y manipular parte de la clave de hardware y el proceso de su generación. El bug también prepara el escenario para la ejecución de código arbitrario con privilegios de nivel cero en Intel CSME. Esto significa que un atacante puede explotar el chipset y usar la clave criptográfica raíz que puede otorgarle acceso a todo en un dispositivo.
El principal problema además es que Intel reconoció que «el parche para CVE-2019-0090 aborda solo un vector de ataque potencial, que involucra al Integrated Sensors Hub (ISH)», por lo que las investigaciones continuarán en busca de una solución definitiva.