Las crónicas de la época catalogan el 11 de mayo de 1997 como el peor día para Gari Kaspárov. Las notas de prensa son categóricas y afirman que el campeón mundial de ajedrez sufrió ese día “la derrota más dolorosa de su carrera”.
En aquella jornada se realizó un singular torneo de ajedrez en Nueva York. Por un lado estaba la supercomputadora de IBM Deep Blue, y por el otro el maestro Kaspárov en representación de toda la humanidad.
Durante toda la partida el resultado se mantuvo incierto, sin embargo, terminó por ser inesperado e histórico. En definitiva, Deep Blue hizo historia al convertirse en la primera máquina en vencer a un campeón del mundo.
En aquel momento Gari Kaspárov era considerado el mejor jugador de ajedrez de todos los tiempos. Luego de 19 movimientos en el sexto juego del partido, el oriundo de Azerbaiyán reconoció su derrota al perder por 2.5 a 3.5. Antes de ese torneo, Kaspárov nunca había perdido un encuentro como profesional.
“No es una derrota del hombre ante la máquina”
Además de histórica, la sorpresiva caída de Kaspárov fue dramática. Un artículo del periódico español El País, publicado el día después de la partida, señala que el último juego se extendió por apenas una hora y luego de cometer un error, el maestro se rindió “tras lanzar una mirada de súplica a su madre”.
“Al darse cuenta de la pifia, motivada por la excesiva precipitación y por los nervios, el ruso hizo de inmediato varios gestos de angustia: movía la cabeza repetidamente y hacía la bicicleta con los pies”, señala el artículo.
Luego de la mirada desesperada a su madre, sentada cerca de la mesa de juego, Kaspárov estrechó la mano del operador de Deep Blue en señal de abandono. Lo más interesante vino después en conferencia de prensa, cuando reconocía finalmente su derrota:
“Hoy no merezco los aplausos. Estoy avergonzado y pido perdón. En realidad, no soy yo mismo, no lo he sido desde que perdí la segunda partida”.
También hubo espacio para las críticas y disparar contra IBM, organizador del torneo:
“Que nadie interprete esto como una derrota definitiva del hombre ante la máquina. La competición no ha hecho más que empezar. Quiero ver a Deep Blue compitiendo con grandes maestros, que estarán deseando hacerlo, y conmigo en condiciones justas. Para empezar, IBM no puede ser a la vez patrocinador y jugador”, agregó el gran maestro.