Desde mediados de los 90 las baterías de Iones de Litio han dominado el mercado, pero si bien han reducido de tamaño y aumentado la capacidad de carga para adaptarse a modelos más delgados y livianos, raramente resultan suficientes para una jornada.
Según el Profesor Nicholas Kotov y su colaborador el estudiante de postgrado Siu On Tung, investigadores de la Universidad de Michigan, la solución podría encontrarse en el uso de un blindaje de Kevlar, que permite reducir el tamaño de las baterías, incrementar considerablemente la carga eléctrica y con la ventaja de evitar su recalentamiento y la posibilidad de una explosión.
Kevlar es el mismo material liviano y resistente usado en los chalecos antibalas y mantiene sus propiedades expuesto temperaturas de hasta 780F o 420 grados Celsius. Utilizado como una delgada mebrana entre los electrodos de las baterías de Ion Litio, evita que entren contacto entre sí impidiendo el sobrecalentamiento o cortocircuito.
El sistema de blindaje y aislamiento interno ya ha sido patentado y Elgus Technologies de Detroit (Michigan), serán los primeros en proveer a la industria aeronáutica de baterías que no provoquen incendios como los sucedidos en los Boeing 787 y otro tipo de aviones.
Dan VanderLey, director general y cofundador de la compañía, reveló que hay varios fabricantes de teléfonos y tabletas muy interesados en el producto ya desean crear dispositivos cada vez más pequeños, pero las baterías sigue siendo el gran impedimento.
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