El mundo se encamina hacia una escasez de chips “sin precedentes”. La advertencia de la Asociación de la Industria de Semiconductores de China (CSIA) es la más reciente de una serie de declaraciones que han alertado sobre un aumento en la restricción global de silicios.
A finales de 2020 el asunto parecía afectar solo a la industria automotriz. Sin embargo, desde el último trimestre de ese año hubo señales de que el problema podría ser mayor, con Sony y Microsoft con dificultades en la producción de sus nuevas consolas PlayStation 5 y Xbox Series X y S.
Hoy día la industria ya no tiene complejos en reconocer el problema de forma abierta. Qualcomm, uno de los mayores fabricantes del mundo de semiconductores, admitió dificultades para responder a la demanda. Y, más reciente, Samsung adelantó que podría retrasar el lanzamiento de una nueva generación del Galaxy Note.
El corazón de los productos tecnológicos
Los semiconductores están en el corazón de todos los productos tecnológicos, desde computadoras, teléfonos inteligentes, consolas de videojuegos y televisores hasta automóviles, que pueden llegar contar con más de un centenar de microchips.
También llamados microprocesadores, los semiconductores son una serie de circuitos electrónicos impresos en un material conductor, por lo general, silicio. Forman los bloques físicos que se utilizan para fabricar los dispositivos y ejecutar el software que les permite funcionar.
El origen de la escasez
Las personas confinadas en sus hogares, producto de la pandemia de COVID-19, requirieron computadoras para trabajar o estudiar de manera remota, además de otros dispositivos para disfrutar de su tiempo libre.
En paralelo, los fabricantes de automóviles vieron una caída en la demanda. Sin embargo, sus ventas se recuperaron antes de lo previsto en el tercer trimestre de 2020, pero la industria de chips –que planifica su producción con años de antelación– no tenía posibilidad de responder a la demanda.
Aunque la restricción se explica en parte por la crisis sanitaria, no es el único factor. El despliegue de la infraestructura 5G también impulsó la escasez. Antes de que comenzaran a regir las restricciones que le impuso Estados Unidos, el fabricante chino Huawei acumuló grandes reservas.
Cómo afectan las restricciones
Aunque hay industrias que experimentarán pérdidas en los próximos meses –en la industria automotriz se pronostica que serán millonarias–, la escasez de chips finalmente la terminarán pagando los consumidores a través de múltiples vías:
- Productos más caros: los precios de todos los dispositivos tecnológicos están subiendo. Incluso algunos componentes se revenden al doble del precio original en tiendas de subastas.
- Escasez de dispositivos: además de los precios, algunos productos también pueden resultar difíciles de encontrar en las tiendas minoristas.
- Mayores tiempos: la espera para la llegada de nuevos dispositivos, como consolas o teléfonos inteligentes, también será más prolongada. Ya ocurrió con la PS5 y la Xbox Series X.
- Marcas pequeñas: aunque las grandes compañías podrían sortear la crisis, analistas advierten que los productos de empresas pequeñas podrían ser más caros o, en su defecto, no bajar sus precios con el tiempo.
- Industria automotriz: los vehículos nuevos no solo serán más costosos, sino que además habría una oferta limitada.
Cuándo se normalizará el mercado
La mayoría de los analistas ha advertido que las restricciones se extenderán, al menos, hasta el primer semestre de 2021. Sin embargo, un informe del Bank of America incluso alertó que las dificultades podrían prolongarse más.
“Esperamos que las restricciones de suministro de la industria de semiconductores […] se alivien solo parcialmente en la segunda mitad de 2021, con cierta rigidez de vanguardia (informática, chips 5G) que se extenderá hasta 2022”, señaló la entidad.