Es el primer vehículo de producción listo para conducirse automáticamente. La afirmación suena bastante audaz, pero así lo presentaron Uber y Volvo. El automóvil es el último fruto de la alianza de colaboración del fabricante sueco y la tecnológica estadounidense que data de hace ya tres años.
Al igual que los prototipos anteriores, el rodado se basa en la segunda generación de la XC90. De hecho, su aspecto exterior es idéntico al de la SUV de producción regular, a no ser por el aparatoso accesorio adosado a los rieles del techo.
Uber modificó la XC90 con la tecnología de conducción autónoma desarrollada internamente. El proceso implicó dotar al móvil de gran cantidad de sensores no solo en su zona más alta, sino también debajo de la carrocería.
Los sensores permiten que el sistema de inteligencia artificial de Uber funcione de manera segura en entornos urbanos. En particular, la firma especializada en el traslado de pasajeros no se refirió al tránsito en autopistas ni áreas rurales.
Por su parte, Volvo explicó que la XC90 equipa funciones de respaldo que la detienen por completo si, por alguna razón, los sistemas autónomos primarios fallan. Si bien la declaración conjunta no abordó si esta tecnología rescata las lecciones aprendidas del fatal accidente de 2018, un portavoz de Uber dijo a Digital Trends que la empresa sí tomó medidas al respecto.
“Antes de lanzar cualquier software o código vinculados a un automóvil que se desplazará por la vía pública, los sometemos a simulaciones en entornos virtuales específicamente ideados para tales efectos. Luego, el vehículo pasa por una serie de escenarios de prueba en nuestra pista de pruebas. Tenemos más de 70 unidades y todas deben superar los ensayos sin fallas relacionadas con la seguridad», explicó el representante.
Las especificaciones técnicas aún no se han publicado, pero presumimos que la XC90 funciona con la tecnología híbrida de Volvo que combina gasolina y electricidad. En consecuencia, sería capaz de circular solo con electricidad a través de distancias relativamente cortas.
El prototipo se desplegará en vías públicas, pero aún no ha pasado por las simulaciones virtuales, dijo el representante a Digital Trends.
«El objetivo es poner estos autos en la carretera en 2020», aseguran desde Uber. La flota irá sumando nuevos integrantes a medida de que las compañías determinen exactamente lo que deben hacer para garantizar que los prototipos se desempeñen según lo previsto.
No esperamos que ninguna de las empresas ponga la XC90 autónoma en manos de los consumidores en un futuro cercano. Si bien es cierto que el modelo podría entrar a la línea de producción, seguirá siendo un ejemplar que debe ser operado por profesionales capacitados.
Volvo ya ha anunciado planes para vender un automóvil completamente autónomo al público general a principios de 2020. Construirá sobre la plataforma SPA2, la XC90 de tercera generación podría debutar en 2021 y podrá rodar sin supervisión humana por autopistas urbanas y carreteras.