Ahora, la empresa vuelve a estar en el ojo del huracán por demandar a Seattle por permitir que los conductores creen sindicatos.
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La ley en Seattle pasó con 9 votos a favor y 0 en contra y es la primera ley de este tipo.Permite que choferes de Uber y Lyft se sindiquen para exigir mejores condiciones de trabajo, ganancias y otros beneficios.
El Departamento de Finanzas de la ciudad implementó reglas sobre qué tipo de trabajadores pueden sindicarse y qué tipo de condiciones laborales pueden negociar.
La ley fue considerada una victoria por la Asociación de Choferes de Aplicaciones, que había hecho lobby para beneficiar a los trabajadores independientes.
Claramente, la empresa no está satisfecha con este resultado y decidió demandar a la ciudad. Esta demanda será larga, costosa e importante ya que podría sentar un precedente con respecto a lo que las aplicaciones podrán o no hacer en el futuro con los choferes.
Por ahora se espera que la demanda aplace la implementación de la ley. Uber alega que no es empleador directo de los choferes y por ello no ven la ley con buenos ojos.
Otras ciudades podrían seguir los pasos de Seattle y de esa forma la empresa tendría que cambiar su estructura de remuneración. Tener un sindicato implicaría que los choferes estarían un poco más cerca de ser empleados y es algo que va en contra de lo que la aplicación propuso en un principio, cuando apenas estaba surgiendo la economía compartida.
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Sin duda alguna el gremio de los taxistas, los choferes de aplicaciones y las demás ciudades del país estarán pendientes de lo que pase en Seattle.