En estos días, literalmente puedes obtener un modelo cruce de casi todas las formas y tamaños que puedas imaginar. El más reciente en este baile —o carnaval, mejor dicho— se llama C-HR. Por clasificación de la taxonomía automotriz, pertenece a la familia SUV crossover, más específicamente, al género subcompacto, y la especie Toyota. Se basa en la misma plataforma TNGA (Toyota Next Generation Architecture) que el Corolla, e incluso el Prius.
En ese sentido, casi se puede llamar al C-HR como “una versión de cinco puertas y con portón trasero ligeramente elevado” del sedán Corolla. Pero no viene de aquí su nombre. C-HR significa «High High Rider». Originalmente diseñado como una nueva adición a la sub-marca (tardía y pseudo-juvenil) Scion, el C-HR ahora simplemente recibió la insignia de Toyota que inicialmente se merecía, dado que el Scion… pues ya no está más .
Con un precio inicial de tan solo $22,500 dólares, el C-HR aterriza en un ajetreado y concurrido campo de batalla donde se las tendrá que ver con el Honda HR-V, el Chevrolet Trax, el Hyundai Kona, el Kia Niro, el Ford EcoSport, el Nissan Kicks y el Mazda CX-3. Pero curiosamente, el C-HR inicia esta lucha en desventaja, ya que no viene con opción de tracción en las cuatro ruedas ni con navegación satelital, dos elementos clave que, a menudo, aparecen en las listas de los compradores como dos de las características más buscadas1.
Imagina entrar en un sedán Corolla ligeramente levantado, pero con un interior actualizado y una posición de conducción más vertical. Eso es justamente lo que sientes cuando te instalas en cualquiera de los asientos delanteros. El techo alto da a la cabina un aire agradable y espacioso. Todos los plásticos y materiales parecen estar bien elegidos e inteligentemente colocados, y nos recuerdan que los ingenieros de Toyota siempre saben hacer un interior de automóvil simple, limpio y funcional.
El nivel de tecnología estándar también es bastante alto, particularmente en el apartado de seguridad. Toyota cuenta con su suite estándar de dispositivos de seguridad activos y pasivos en el C-HR, como Toyota Safety Sense. Eso agrupa el sistema de pre-colisión delantera con detección de peatones, advertencia de salida de carril con asistencia de mantenimiento de carril, monitoreo de punto ciego con alerta de tráfico cruzado e incluso control de crucero guiado por radar y luces altas automáticas.
Toyota Safety Sense también incluye opciones que son estándar en cada uno de sus modelos. Esto incluye control de estabilidad electrónico, control de tracción, frenado ABS con distribución electrónica, asistencia de frenado inteligente y tecnología de detención inteligente, que ayuda a los conductores a reducir la velocidad más rápidamente en las frenadas fuertes, reduciendo la potencia del motor.
Lo que sorprendentemente no viene con la C-HR es la opción de navegación por satélite. Hay un espacio decente donde se encuentra el sistema de infoentretenimiento, que alberga una pantalla táctil LCD para controlar la radio, varias aplicaciones integradas para música y otras conectividades de teléfonos inteligentes. Pero de alguna manera, no hay forma de que salga allí el navegador satelital. Extraño, dado que el navegador integrado se ha vuelto cada vez más popular como opción , e incluso como equipamiento estándar en modelos con el precio del C-HR.
Cuando Toyota presentó la plataforma TNGA, la compañía y sus ingenieros prometieron un manejo significativamente mejorado en toda su gama. Esos resultados realmente se muestran con el C-HR. Gracias a una configuración de suspensión MacPherson, el C-HR se maneja de manera excepcional.
Eso sí, no ganarás ninguna carrera de aceleración, ya que la única fuente de energía del C-HR es un cuatro cilindros de 2.0 litros atmosférico, con una potencia máxima de 144 caballos de fuerza y 139 libras-pie de torque. Toda la potencia se canaliza al eje delantero a través de una transmisión variable continua (CVT) enfocada en la eficiencia del combustible. El motor es liso y la cabina del C-HR evita que el cuatro cilindros sobresalga del espacio interior.
Sino lo adivinas, te lo decimos aquí claramente: el C-HR es leeeeento. Incluso en el papel, donde se requieren alrededor de 11 segundos para alcanzar las 60 mph desde una parada. Incorporarse de una calle o carretera secundaria a una autopista requiere que tengas el pedal a fondo todo el tiempo.
La ventaja es una calificación de economía de combustible estimada por la EPA de 27 mpg en ciudad, 31 mpg en carretera y una calificación promedio combinada de 29 mpg. Aunque debido a la necesidad de pisar el acelerador a fondompara mantenerse a ritmo del tráfico, la marca de 27 mpg es más factible, según la computadora de viaje a bordo.
Todos los Toyota C-HR vienen con una garantía básica de parachoques a parachoques de tres años y/o 36,000 millas, y una garantía de 60,000 millas por cinco años que cubre el motor y la transmisión.
En definitiva: si eres alguien que vive en algún lugar donde el clima es siempre agradable, como el centro de la Florida o el sur de California, el C-HR es un buen automóvil, sobre todo si no necesitas ir a ninguna parte con prisa, no necesita tracción a las cuatro ruedas, o simplemente, eres alguien que siempre sabe dónde va y nunca se pierde.