El vehículo volador Terrafugia Transition fue presentado hace casi una década, pero, como muchos proyectos similares, a veces parecía que este vehículo nunca despegaría, y nunca mejor dicho. Pero ahora Terrafugia ha asegurado que el modelo —finalmente— está listo para entrar en producción, y ha afirmado que sus ventas comenzarán en 2019. La compañía también promete mejoras en el diseño a cambio de la espera.
Esas mejoras incluyen un nuevo tren motriz híbrido. Terrafugia no dijo cómo este nuevo tren motriz afectaría el rendimiento, pero anteriormente citó un alcance de 400 millas y una velocidad máxima de 100 mph para el motor de combustión interna Rotax. Terrafugia también promete una opción de «impulso» para el acelerador, el cual proporcionará un estallido rápido de potencia extra, un interior mejorado, sistema de paracaídas, cinturones de seguridad, airbags mejorados, y tres cámaras retrovisoras.
En lugar de un “auto con alas”, Terrafugia piensa en su Transition más como un avión legal para la calle. Está diseñado para aprovechar la red de pequeños aeropuertos diseminados por todos los Estados Unidos. La idea es que los pilotos (se necesitará una licencia especial) puedan volar a estos pequeños aeropuertos y conducir hasta sus destinos finales, o aterrizar y seguir por la autopista, si es que el clima es demasiado duro para volar.
A diferencia de otros desarrolladores de autos voladores, Terrafugia espera que su Transition se use más como un avión convencional. Esto hace las cosas un poco menos complicadas. Empresas como Uber están proyectando enjambres de taxis aéreos volando alrededor de las ciudades, lo que requerirá de un sistema de control de tráfico aéreo urbano, y desafiando de paso las regulaciones actuales de aviación. Pero incluso el logro de su visión más directa de un automóvil volador ha resultado difícil para Terrafugia.
El primer prototipo del Transition fue fabricado y volado en 2009, y una segunda versión le siguió en 2012. Cuando se presentó el segundo prototipo, Terrafugia dijo que estaba relativamente cerca de la producción, lo que claramente fue una exageración. Terrafugia fue comprada el año pasado por la automotriz china Geely, que también ahora es la compañía matriz de Volvo, con lo cual ha tenido acceso a más efectivo y a recursos de ingeniería. Tal vez esto finalmente está dando sus frutos.
En las últimas décadas hemos visto numerosos intentos fallidos por volar autos, aunque en los últimos años se han visto un montón de nuevas empresas que buscan probar el concepto. Desde startups como Terrafugia y Kitty Hawk (del cofundador de Google, Larry Page) hasta firmas establecidas como Uber, Airbus y Rolls-Royce (la compañía de aviación, no la automotriz), todo el mundo parece estar subiéndose al carro volador. Queda por ver si alguno de estos esfuerzos tendrá éxito a largo plazo.