Una de las grandes sorpresas en las dos últimas ediciones del Salón de Ginebra la dio la china Techrules. Diseñados por Fabrizio y Giorgetto Giugiaro, de Italdesign, su eléctrico Ren y su versión monoplaza RS deslumbraron como los primeros superdeportivos fabricados por la pujante industria del país asiático.
Desarrollado en conjunto con los ingenieros de la italiana L.M. Gianetti, el vehículo consta de hasta seis motores eléctricos a elección, que entregan una potencia de 1,287 caballos de fuerza y 1,725 lb/ft (2,339 Nm) de torque.
Dicha configuración le permiten al bólido acelerar de cero a 97 mph (100 kmh) en tres segundos y le dan a su tacómetro una capacidad de aceleración de hasta 186 mph (300 kph).
La gama la completan una versión media, que equipa cuatro motores que erogan 858 hp y 1,150 lb/ft (1,559 Nm) de torque, así como una unidad de entrada con dos propulsores, que envían exclusivamente al eje delantero 429 hp de potencia y una torsión máxima de 575 lb/ft (780 Nm).
Más independencia
Si no estás lo suficientemente sorprendido, hay más que contar: la firma asiática prometió una autonomía de 727 millas (1,170 kilómetros) con un tanque de combustible de 80 litros, es decir, la distancia en línea recta que hay entre Nueva Jersey y Milwaukee.
El truco detrás del que podría convertirse en uno de los modelos más eficientes jamás conocidos está en su sistema de recarga basado en una turbina, denominado específicamente Turbine-Recharging Electric Vehicle (TREV).
La fórmula “combina una amplia experiencia en tecnologías de aviación y vehículos eléctricos con otras varias innovaciones patentadas, que ofrecen niveles de eficiencia y rendimiento sin precedentes, así como un impacto ambiental extremadamente bajo”, aseguran desde Techrules.
La última novedad es que los genios detrás de la idea han revelado avanzadas conversaciones con fabricantes de equipos originales (OEM, por sus siglas en inglés) para la producción masiva de esta tecnología de propulsión híbrida.
Se trataría, eso sí, de una turbina más pequeña de 15 kW y no de 80 kW como en la versión tope de gama del Ren, que la haría más adecuada para aplicarla en vehículos de pasajeros o comerciales.
«Desde que exhibimos el Ren, hubo gran interés por parte de los OEM de todo el mundo por conocer sus capacidades de ampliación de rango. Por lo mismo, decidimos ajustar nuestra estrategia y desarrollar una versión más pequeña y barata», sentenció el director ejecutivo de Techrules, William Jin.
Otros atributos
Ya sea que se aplique como un sistema de carga independiente o como un extensor de rango en un vehículo eléctrico, la turbina puede recargar las baterías en cualquier lugar y en cualquier momento, agregó la empresa con sede en Beijing.
La fórmula, según Techrules, “elimina por completo los problemas con la ansiedad de la independencia y la inconveniencia de tiempos de carga prolongados o la poca disponibilidad de los puntos de carga. Dado que puede utilizar la infraestructura existente, evita los desafíos planteados por la construcción, el costo y la capacidad de las redes de carga”.
El alto delegado fijó para finales de 2019 el inicio de la producción, así como la búsqueda de un “socio internacional adecuado para ayudar a finalizar el desarrollo y la producción de su superauto Ren”.
Pero el uso del sistema TREV –que puede funcionar tanto con carburantes fósiles como con combustibles renovables, como etanol y biogás- no se reducirá a los vehículos, sino que potenciará también estaciones de carga fijas y móviles.
«Debido a su eficiencia superior, se necesitarán menos baterías para vehículos eléctricos, lo que ahorra un peso y un costo significativos, al mismo tiempo que reduce las emisiones y, en última instancia, la contaminación urbana», puntualizó Jin.
Finalmente, informó que la compañía se halla en “conversaciones avanzadas” con varios potenciales socios para formar alianzas estratégicas, en pos de llevar su tecnología, incluido el superdeportiv Ren, a mercados de todo el mundo, y desarrollar nuevos productos y aplicaciones comerciales basados en el sistema TREV.