Y sí, amigos: seguimos aquí con las subastas.
Si quieres llevarte a casa dos autos de rendimiento americano altamente coleccionables, consíguete algo de dinero y dirígete a Arizona. Allí, los primeros ejemplares de producción de la generación actual de Ford GT y Chevrolet Corvette ZR1 se subastarán a la vez y al mejor postor por Barrett-Jackson en Scottsdale, puja que se realizará entre 13 y el 21 de enero. Los ingresos de ambas ventas se destinarán a obras de caridad.
El GT, en particular, probablemente atraerá sobre sí toda la atención, ya que comprar uno en una subasta resulta más fácil que pasar por el estricto proceso de solicitud de Ford. Este proceso estaba destinado a evitar que los propietarios compren y vendan sus autos para obtener ganancias, aunque a Ford probablemente no le importe que el propietario de este automóvil en concreto, el empresario Ron Pratte, lo haya donado para subastarlo con fines benéficos. Todos los ingresos obtenidos en esta venta irán a las arcas de la Sociedad de Autismo de Carolina del Norte.
A diferencia del Ford GT, el Corvette ZR1 aún no se ha fabricado, por lo que el adjudicatario podrá especificar el automóvil a su entero gusto. Eso incluye opciones de coupé o un convertible, de transmisión manual de siete velocidades o automática de ocho. Las ganancias de la venta de este ‘Vette’ beneficiarán a Stephen Siller Tunnel to Towers Foundation.
Los dos autos llevarán la clásica rivalidad entre Ford y Chevy a un nuevo nivel, aunque también ambos ofrecen dos enfoques muy diferentes del rendimiento. El GT fue diseñado para competir en las 24 Horas de Le Mans, algo que se refleja en un diseño liviano y aerodinámicamente eficiente, aunque escaso en cuanto a comodidades. El ZR1 lleva las plataformas Corvette existentes de la generación C7 a nuevos extremos, agregando características aerodinámicas más serias, como un alerón trasero más grande y más potencia. El Ford viene con un motor V6 de 3.5 litros y doble turbo de 647 caballos de fuerza, mientras que el Chevy tiene un “tradicional” V8 de 6.2 litros sobrealimentado, el cual bombea 755 caballos de fuerza.
Es probable que ambos autos se vendan por una cantidad mayor que sus precios de lista (alrededor de $400,000 para el Ford y $119,995 para el Chevy). Pero será por dar apoyo a causas nobles. Además, dado que estas compras cuentan como donaciones caritativas, podrán utilizarse desgravar impuestos. Como se ve, aquí todos ganan.