La eficiencia y el estilo del i8 Roadster no justifican su precio.
Lo bueno
- Estilo llamativo
- No es muy bajo
- El techo se guarda rápidamente
- Bastante eficiente
- Asientos cómodos
Lo malo
- Techo convertible no facilita el acceso
- Transición extraña entre gasolina y motor eléctrico
- Apple Carplay no es gratis y Android Auto no está disponible
Puntaje
7/10
Desde que vimos el i8 Spyder Concept de BMW en 2012, sabíamos que sería uno de los vehículos más llamativos de la calle. Esperamos su debut con expectación, pero luego de la introducción del i8 Coupe en 2014, hubo decepción por el retraso. El i8 Coupe era radical, pero el prototipo Spyder prometía un atractivo aún mayor.
El i8 Roadster vio la luz a fines de 2018. Seguía siendo un auto fuerte, pero cuatro años después del i8 Coupe, nos había acostumbrado al diseño audaz de BMW y los avances en el desarrollo del tren de potencia eléctrico habían disminuido el atractivo la fórmula híbrida del i8. La moneda había perdido brillo, pero aún podía mantener su valor.
Aunque carece de la potencia de sus rivales de precios similares, el i8 Roadster 2019 intenta ganarse puntos con su extravagante carrocería y una eficiencia sin comparación. Además, cuenta con una batería actualizada que promete un rango completamente eléctrico. Un techo de tela plegable que se abre y se cierra en solo unos segundos también permite disfrutar de experiencias al aire libre.
Buen envejecimiento
Los críticos que evaluaron la producción del i8 Coupé hace años concluyeron que el salvaje estilo exterior envejecería mal. Pero estaban equivocados. Sin cambios efectivos para el modelo del año 2019, la carrocería continúa siendo convincente, con formas complejas, ángulos agudos y curvas fluidas.
Una nariz baja y puntiaguda, faros LED penetrantes y firmas de luces traseras, una línea de techo flotante y un extremo trasero en capas hacen que el i8 se identifique instantáneamente entre los autos deportivos más conservadores. El techo de tela, las exclusivas llantas de 20 pulgadas y la insignia de Roadster en los pilares C despiertan el factor sorpresa.
Al igual que el Tera World Copper, se puede configurar con pintura color Burnt Orange (naranja quemado) y pinzas de freno de color negro brillante. Una peculiaridad es su ventana de cierre parcial. Las versiones coupé y convertible no permiten que los pasajeros bajen completamente el vidrio, lo que hace que sea incómodo descansar el brazo en el borde.
En el interior, BMW intenta mantener el aspecto futurista con una iluminación ambiental azul, un fino borde blanco en el volante y un tablero curvo, pero es casi imposible pasar por alto el diseño clásico de la cabina alemana. El centro es desconcertante, con una disposición común de botones y un selector de engranaje sacado directamente de un Serie 2. La calidad del material coincide con los otros productos de la marca, los asientos con calefacción y tapizados en cuero son elegantes y cómodos, y las puertas diédricas («alas de mariposa») son incuestionablemente frescas, pero anhelamos algo más lujoso o tentador.
El aspecto más frustrante del interior del i8 es lo difícil que resulta acceder a él.
El aspecto más frustrante del interior del i8 es lo difícil que resulta acceder a él. El pilar A obliga a un conductor demasiado alto a retorcer su cuerpo para meterse en la cabina. Incluso con el techo retraído, el acceso y la salida es un desafío. Comparativamente, otros superdeportivos bajos, como el Audi R8 y el McLaren 570S, proporcionan espacios grandes para colocar un pie en la cabina y facilitar la entrada.
El espacio de almacenamiento también es realmente estrecho, con un pequeño compartimento (4.7 pies cúbicos o 133 litros) dentro de la escotilla trasera del i8 Roadster y un espacio rectangular (3.5 pies cúbicos o 99 litros) donde normalmente residen los asientos traseros del i8 Coupe. Si buscas practicidad, pocos autos deportivos de alta gama lo hacen mejor que el McLaren 570GT. Sin embargo, tendrías que pagar mucho más.
Tecnología al debe
Uno esperaría encontrar tecnología futurista adecuada dentro de un diseño tan avanzado, sin embargo, las características de confort y seguridad del i8 son contemporáneas. El lado positivo es que todo es simple de operar.
Sobresale desde la parte superior del tablero de mandos una pantalla táctil de 8.8 pulgadas que ejecuta el software iDrive de BMW. El diseño en mosaico expone información clave de entretenimiento, navegación y telemetría. Abrir una de estas fichas revela más configuraciones y detalles; un modo de pantalla dividida permite al usuario seleccionar rápidamente configuraciones. Unos pocos botones de acceso directo acompañan a un controlador sensible al tacto montado en la consola central. La resolución es excelente y el sistema responde inmediatamente.
Sólo consideran un puerto USB oculto dentro de un pequeño compartimento, no tiene punto de conexión Wi-Fi ni carga inalámbrica para los móviles.
Apple CarPlay está incluido de forma estándar, pero después de los primeros 12 meses es preciso pagar una suscripción anual de $80 dólares. Los autos de menos de $30,000 no solo incluyen este recurso de forma gratuita, sino que durante toda su vida útil. Para mayor decepción, Android Auto ni siquiera está disponible. Otros pasos en falso es que sólo consideran un puerto USB oculto dentro de un pequeño compartimento, no tiene punto de conexión Wi-Fi ni carga inalámbrica para los móviles.
La tecnología de asistencia al conductor es igualmente decepcionante, ya que solo se ofrece frenado automático de emergencia, sensores de estacionamiento y un sistema de cámara de visión envolvente. Un conjunto de indicadores digitales, el sistema de sonido Harman Kardon, el control de clima automático bizona y los asientos con calefacción son algunas de las características más destacadas.
Gran rendimiento
En lugar de montar un ruidoso motor de ocho, 10 o 12 cilindros, el i8 Roadster usa uno sobrealimentado de solo tres cuya potencia va al eje trasero. El resto de la potencia proviene de un paquete de baterías de 11.6 kWh y dos motores eléctricos que hacen girar las ruedas delanteras.
Combinado, el i8 tiene 369 caballos de fuerza y 420 lb/ft de torque (569 Nm) a través de una caja de cambios automática de seis velocidades (los motores eléctricos funcionan a través de una unidad de dos velocidades). Puede alcanzar las 60 mph (97 kmh) en 4.4 segundos y una velocidad máxima de 155 mph (249 kmh).
Cuatro modos de manejo permiten manipular su rendimiento y eficiencia. De forma predeterminada, el modo Confort utiliza los motores eléctricos y de gasolina para propulsarlo suavemente, sin mayor exigencia. Aquellos que esperan maximizar su economía de combustible pueden seleccionar Eco Pro, que disminuye la respuesta del acelerador, apaga el aire acondicionado y envía el automóvil a su velocidad máxima lo más rápido posible. El modo Sport tiene el efecto opuesto: pone a trabajar toda la potencia que puede reunir el i8, sostiene las marchas y recarga la batería de iones de litio.
A diferencia de modelos como el NSX híbrido de Acura, el i8 también tiene una opción 100 por ciento eléctrica, de 18 millas (29 kilómetros) antes de usar el motor de gasolina. A diferencia de algunos híbridos, el i8 también funcionará a velocidades considerables (hasta 75 mph o 121 kmh) con energía eléctrica.
Las 27 millas por galón (11 kilómetros por litro) combinadas del i8 significan que apenas ocupamos la mitad del tanque de 11 galones después de una semana de manejo mixto. Eso está a la par de una SUV familiar y considerablemente mejor que cualquier otro automóvil deportivo en el rango de precios del i8, que comienza en $148,000. ¿Su competencia? NSX de Acura ($159,300 dólares), Audi R8 Spyder ($177,100 dólares) y McLaren 570S Spider ($211,300 dólares).