Los expertos del BMW Classic Center han restaurado totalmente un roadster 507 del año 1957, uno de los Bimmers más deseables y emblemáticos de todos los tiempos. El ejemplar —devuelto a la vida por la empresa con sede en Munich— tiene una peculiaridad que lo hace aún más especial: alguna vez esta belleza fue propiedad del mismísimo Elvis Presley.
Elvis fue el segundo propietario del 507 cuando lo compró en un parque de autos usados en Frankfurt, en 1958. En aquel entonces, él era un soldado destinado a Alemania, y usó el roadster diariamente para viajar desde su casa a la Base del Ejército de Estados Unidos, en Friedberg.
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Aunque el vehículo era originalmente de color blanco, Elvis lo había pintado de rojo, casado de que sus innumerables fans le dejasen mensajes y besos con lápiz labial en el cofre, las puertas y el maletero.
Elvis metió su 507 en un barco y se lo llevó a los Estados Unidos al finalizar su servicio militar, en 1960, pero lo cambió por otro vehículo en un concesionario de Chrysler en Nueva York, pocos meses después. Fue entonces vendido por unos miserables $4,500 dólares a Tommy Charles, un corredor muy espabilado que vivía en Birmingham, Alabama. Charles reemplazó el motor original con un V8 de Chevrolet, conversión que requirió cortar parte del subchasis delantero para despejar el cárter de aceite, después de lo cual lo llevó por todas las autopistas del sur hasta 1963.
El 507 cambió de manos constantemente, hasta que acabó en la colección de Jack Castor, ingeniero y fanáticos de los autos de época con sede en California, en 1968. Lo usó durante algún tiempo, hasta que finalmente lo guardó en un almacén con planes de —algún día— restaurarlo. Castor sabía que su auto había ganado competiciones de montaña, tanto en Alemania como en Austria, aunque no tenía ni idea de que alguna vez había sido propiedad del Rey del Rock n ‘Roll.
Hace algunos años, Castor leyó un artículo en la revista Bimmer, en la cual se contaba la historia del roadster 507 de Elvis, vehículo que los fanáticos habían estado tratando de localizar por cerca de cinco décadas. Ante la sospecha de que era él quién poseía esta joya, se puso en contacto el autor del artículo, y ambos consiguieron verificar el número de chasis. Y sí, era aquel: el 70079. Se puso entonces en contacto con BMW Clasic Center, quienes no lo dudaron mucho y compraron el vehículo. De inmediato fue enviado a Munich para ser sometido a una restauración completa.
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Restaurar por completo el 507 fue más fácil decirlo que hacerlo. BMW contó que el cuerpo de aluminio se separó cuidadosamente del chasis de acero, esto con el fin de retener la mayor cantidad del metal original como fuese posible. Por otra parte, las partes del 507 son muy difíciles de conseguir, ya que sólo 254 ejemplares fueron construidos en su momento, por lo que el panel de instrumentos (por ejemplo) tuvo que ser nuevamente fundido. La tapicería de cuero gastado se reprodujo basándose en documentos de la época. Las manijas de las ventanillas fueron impresas en 3D.
Se construyó un motor V8 de 3.2 litros desde cero, utilizando piezas nuevas y reutilizando también algunas. Por último, se le dio una nueva capa de pintura blanca, su color original. En total, el proceso de restauración tomó dos años. Casi todo el trabajo lo desarrollo el BMW Clasic Center, aunque la compañía contó con la inestimable ayuda de especialistas externos cuando fue necesario.
El 507 será enviado de regreso a los Estados Unidos, y se mostrará en el Pebble Beach Concours d’Elegance, que se llevará a cabo la próxima semana en Monterey, California. Si Elvis de verdad fingió su muerte (como sostienen algunos teóricos de las conspiraciones), quizá no sería un mal momento para volver a verlo.