¿Podrías conducir un Porsche 911 a través del desierto? Probablemente no, a menos que lo que tengas sea en verdad un Safari 911, un vehículo de rally diseñado con grandes neumáticos nudosos y con más de un pie de distancia al suelo. Sí te gusta, estás de suerte: hay un ejemplar de 1978 que acaba de ponerse a la venta.
El Safari nació a la vida como un 911 SC estándar con unos pocos centímetros de altura desde suelo. Ahora se monta sobre unos neumáticos de camioneta, más posibles de encontrar en una Chevrolet Silverado que en un carro deportivo clásico. Ha recibido una larga lista de modificaciones off-road, incluyendo un diferencial de deslizamiento limitado y una caja de cambios mejorada con relaciones de transmisión más cortas, lo cual le ayuda con la tracción y con la entrega de potencia. La transformación también incluyó una placa de deslizamiento gruesa, la cual impide que las rocas maltraten el motor de seis cilindros de 3.2 litros.
«Este carro se conduce a través de cualquier cosa. Rocas, dunas, lechos de ríos, incluso zanjas. Puedes ir con él a donde quieras», ha dicho Bert Houtmann, propietario del modelo, en una entrevista a 911 & Porsche World.
El Safari 911 ya ha demostrado su valía. Hace aproximadamente una década, participó en el Rally Transsyberia, un agotador evento de 14 días que llevó a los participantes desde Moscú, Rusia, hasta Ulan Bator, Mongolia. El Safari 911 no ganó aquella competición, pero sobrevivió y logró cruzar la meta. Los riesgos de quedarse atrapados en una zanja en los Montes Urales, o empantanados mientras se cruzaba un río en Mongolia, eran de verdad muy reales.
Sí, sí: este Porsche parece bastante cool, la verdad…. pero hay algunas consideraciones a tener presente. En primer lugar, tiene un precio de €129,900 euros, unos $150,000 dólares al cambio actual. Por ese precio, te puedes comprar un 911 completamente nuevo. En segundo lugar, el modelo se encuentra en Bélgica, por lo que —a menos que vivas en Europa— no podrás conducirlo a casa.
La buena noticia es que tiene 39 años, por lo que importarlo a los Estados Unidos es un proceso sencillo. Parece que es legal para llevarlo por las calles, además. Entonces, ¿qué esperas? A reservar asiento en el próximo vuelo a Bélgica.