Con sus aciertos y decepciones, Tesla y su excéntrico CEO, Elon Musk, se llevan la mayor parte de la atención mediática cuando se abordan temas como la innovación y el uso de energías alternativas en la industria automotriz.
Durante 2018, el Model 3 fue el eléctrico más vendido del mundo y la 35° variedad más popular de Estados Unidos, con alrededor de 140,000 unidades vendidas.
Pero Tesla solo fue uno de varios actores que permitieron que el segmento tuviese un crecimiento histórico de 74 por ciento, al comercializar 1.26 millón de ejemplares la pasada temporada, según los antecedentes que aporta la consultora JATO Dynamics.
Entre los modelos más populares globalmente, el segundo puesto lo disputaron la china Baic, con su crossover EC, y la japonesa Nissan, con el Leaf que revisamos esta semana en una nueva entrega de MotorTech.
Cuando se lanzó en diciembre de 2010, el hatchback marcó un hito, pues fue el primero de su categoría ideado como un producto para consumo masivo. A poco andar, se llevó algunos de los premios más trascendentes del rubro, entre ellos el de Auto del Año en Europa (2011).
En marzo último, Nissan rompió con el Leaf una barrera que ninguna otra marca logró conseguir, al superar las 400 mil unidades vendidas, las suficientes para ahorrar 3.8 millones de barriles de gasolina cada año.
De acuerdo a los cálculos del fabricante, los propietarios de este vehículo –que se comercializa en 50 países y que en mercados como el noruego encabeza las preferencias absolutas- han recorrido 6,2 billones de millas o 10 mil millones de kilómetros.
Equipada con tecnologías como el paquete de asistencias a la conducción ProPilot o la posibilidad de acelerar y frenar con un único pedal, la actual segunda generación del Leaf estrenó su más atractiva variante en CES 2019.
Con hasta 226 millas (363 kilómetros), la flamante versión Plus ha mejorado en 40 por ciento el rango de independencia, y ofrece un tercio más de potencia que el Leaf convencional, gracias a su nuevo motor de 160 kw de 214 caballos de fuerza.