Para 2028, Nissan se autoimpuso el lanzamiento de un vehículo eléctrico provisto con una batería laminada de estado sólido. Así lo estableció tras presentar su prototipo de planta para la producción de este tipo de fuentes de poder.
El laboratorio se emplazará en el Centro de Investigación que la marca japonesa tiene en la prefectura de Kanagawa. El objetivo es tener una línea de producción piloto durante 2024 para estudiar “los materiales, el diseño y los procesos de fabricación”.
“Nissan cree que las baterías de estado sólido pueden reducirse a $75 dólares por kWh durante el ejercicio fiscal 2028 y a $65 dólares por kWh a partir de entonces”, señaló en una nota de prensa. De esa manera, los coches eléctricos tendrán el “mismo nivel de costo que los vehículos a gasolina”, argumentó.
Para el fabricante nipón, “las baterías de estado sólido serán una tecnología que cambie las reglas del juego para acelerar la popularidad de los vehículos eléctricos”.
Entre otras características, tienen una densidad de energía que casi duplica la de las baterías de iones de litio convencionales. También presentan un tiempo de carga significativamente menor gracias a un rendimiento superior de carga y descarga. Como si eso fuese poco, su costo es menor debido a la posibilidad de utilizar materiales más baratos.
“Con estas ventajas, Nissan espera utilizar las baterías de estado sólido en una amplia gama de segmentos de vehículos, incluidas las camionetas (pick-up), lo que hace que sus vehículos eléctricos sean más competitivos”, afirmó el gigante de Asia.
En opinión de Kunio Nakaguro, vicepresidente ejecutivo a cargo de I+D, Nissan ha mejorado la tecnología de electrificación por medio de una amplia gama de actividades. Entre ellas, “la investigación de materiales para baterías a nivel molecular hasta el desarrollo de vehículos eléctricos seguros y de alto rendimiento”.
“Nuestras iniciativas incluyen incluso el desarrollo urbano al utilizar los vehículos eléctricos como baterías de almacenamiento”, cerró.