Manejamos la flamante versión hibrida del CR-V, con el que Honda busca un pedazo de la torta que le pertenece a Toyota, en buena medida gracias a su RAV-4.
Este último tiene mejor rendimiento de gasolina, con 40 mpg (17 km/l) en ciclo mixto, mientras que su nuevo competidor devuelve un combinado de 38 mpg (16.2 km/l).
Más lejos de dichas marcas estaba el Nissan Rogue Hybrid, que fue descontinuado debido a las bajas ventas, con un promedio de 33 mpg (14 km/l). Habrá que esperar la propuesta de Ford Escape 2020.
Con todo, la mejor elección es el Honda, dado que ofrece un paquete más completo. Su refinamiento interior es muy superior. No tiene palanca de cambios y las marchas se operan con unos botones en la consola central. Su tablero completamente electrónico da la sensación de manejar un auto eléctrico. La insonorización de la cabina es sin igual. A velocidades bajas, el sonido es nulo.
Su aceleración es óptima para ser un SUV. Cuenta con un motor de gasolina y dos eléctricos, uno para propulsar las ruedas y el otro para generar energía. El volante tiene dos palancas para no despreciar ni una gota de poder.
Otro plus es que equipa de serie el paquete de ayudas a la conducción Honda Sensing. Entre otros, incluye frenado de emergencia autónomo, advertencia de cambio de carril y control de crucero adaptativo. Opcionales son el monitoreo de punto ciego y la alerta de tráfico cruzado trasero, por ejemplo.
El control automático de climatización y luces largas automáticas son estándar, al igual que sus luces delanteras LED, sistema de entrada inteligente y arranque con botón.
Otra razón para preferir el Honda es el precio. Un CR-V Touring inicia en $35,950 dólares, mientras que una RAV4 Limited lo hace en $36,880.