Resulta inmediatamente obvio que no se trata del Focus estándar y centrado en la economía que estamos acostumbrados a ver. Ni siquiera se parece al llamativo Focus RS. Es un auto de carreras diseñado específicamente para hacer parecer al RS un gatito manso y de buen carácter. La mayor parte del carro fue construido desde cero por Pace Innovations, que documentó el proceso en su página oficial de Facebook. Los guardabarros son significativamente más anchos para cubrir un tipo de neumáticos extra-grandes, necesarios para transferir las cargas de energía al pavimento. También hay un divisor delantero de tamaño considerable, el cual mantiene al vehículo pegado al suelo. Un spoiler y un agujero en el capó nos sugieren que el motor ya no está entre las ruedas delanteras.
No viene con el motor de stock, obviamente. Trae escondido un V6 de 3.8 litros biturbo que ha tomado prestado del Nissan GT-R y sintonizado para proporcionar 850 caballos de fuerza. Envía toda esta potencia a las cuatro ruedas, lo que explica la existencia de los grandes guardabarros, así como el resto de su aspecto.
Viendo el video, parece y suena como Quinn está listo para conquistar Pikes Peak. Pero aunque había cumplido con sus deberes, la suerte no estaba de su lado. El Focus comenzó a tener problemas unas dos semanas antes de la carrera. Él pensó que los problemas eran solucionables, pero los frenos del coche fallaron completamente dos millas antes del final. «La luz de advertencia de los frenos seguía intermitente, pero nunca lo tomamos muy en serio», dijo Quinn a Stuff, de Nueva Zelanda.
Sabiamente decidió retirarse en lugar de arriesgar su vida por terminar la carrera sin capacidad de frenado, cosa de suma importancia, incluso en un evento donde los corredores pasan más tiempo subiendo que bajando. Quinn estaba algo decepcionado porque sentía que podía hacer más, pero está decidido a regresar el próximo año y volver a intentarlo.