La unidad de control electrónico (ECU) que equipan los vehículos del fabricante Tesla están seis años adelantados al resto de la industria.
Así lo establecieron los medios Nikkei xTech y Nikkei Automotive, ligados a Nikkei Business Publications, tras desarmar una unidad del Model 3, la variedad de entrada de la marca estadounidense, que en Estados Unidos se comercializa desde $33,000 dólares.
La ECU, que popularmente se conoce como centralita o sencillamente como “computadora”, fue calificada como “el arma más grande de la compañía”, pues “podría terminar la cadena de suministro de la industria automotriz tal como la conocemos”.
La clave de Hardware 3, como Tesla denominó el módulo, es la capacidad para agrupar varias unidades menores, que en los vehículos convencionales controlan diversos subsistemas.
«No podemos hacerlo», admitió un ingeniero que trabaja para un “importante fabricante japonés” tras examinar el dispositivo, informó Asian Review.
Dos chips de inteligencia artificial (IA) de 260 milímetros cuadrados equipa la ECU, además de un software especial, todo con tal de asegurar la certera operación de su sistema de asistencia Autopilot y su infoentretenimiento.
“Este tipo de plataformas electrónicas, con una poderosa computadora en su núcleo, tiene la clave para manejar pesadas cargas de datos en los autos más inteligentes y autónomos del mañana. Con suerte, los expertos de la industria esperan que tal tecnología se adopte alrededor de 2025”, añadió la versión de prensa.
De acuerdo con Nikkei, los fabricantes de automóviles temen que este tipo de computadoras vuelvan obsoletas las cadenas de suministro de piezas desarrolladas durante décadas, añadió el especialista citado por el medio.
Hay proveedores que dependen de esta telaraña de componentes, por lo que para ellos la eliminación es una cuestión de vida o muerte, planteó.
Así lo analizó: “Los grandes fabricantes aparentemente se sienten obligados a seguir utilizando complicadas redes de decenas de ECU, mientras que solo encontramos algunas en el Model 3. Dicho de otra manera, las cadenas de suministro que han ayudado a crecer a los gigantes automotrices de hoy están comenzando a obstaculizar su capacidad de innovar”.
Por contraparte, las empresas emergentes como Tesla no están comprometidas con ese tipo de socios, por lo que exploran las alternativas más eficientes.
Finalmente, el medio japonés resaltó que gran parte de los componentes de la firma liderada por Elon Musk tienen su logotipo de Tesla, lo cual “sugiere que la compañía mantiene un control estricto sobre el desarrollo de casi todas las tecnologías clave en el automóvil”.