La empresa de helicópteros alemana E-Volo todavía tiene a su director general.
Los ingenieros no tenían dudas sobre la seguridad del ‘primer vuelo’ del Volocopter, tanto así que el mismo jefe de la compañía lo puso a prueba con no poco valor.
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El extraordinario híbrido de avión no tripulado y helicóptero es, esencialmente, una máquina voladora de dos asientos que se eleva con la ayuda de lo que parece un gran número de drones unidos entre sí.
Este «súper dron» es impulsado por un motor eléctrico, con control de precisión que ofrece poco más que una palanca de mando con un par de botones de TI.
Tras una serie de vuelos de prueba controlados remotamente con éxito, la empresa decidió que era tiempo de meter a alguien allí y ver cómo se las podía arreglar.
La responsabilidad cayó nada menos que en el jefe de E-Volo, Alexander Zosel, presumiblemente tanto o más ansioso que sus subordinados por saber si el Volocopter realmente representa «el inicio de una revolución en la movilidad urbana», cosa que la empresa afirma con no poca audacia.
Nadie hizo de copiloto, eso sí.
Afortunadamente, el vuelo de prueba parecía ir tan bien como el vuelo de una cometa en un día de suave brisa, y con Zosel con la suficiente confianza como para quitar momentáneamente ambas manos de los controles y ofrecer a su equipo en tierra unos alegres pulgares en alto.
De vuelta en tierra firme, Zosel parecía extasiado: «El vuelo ha sido totalmente increíble. La máquina es absolutamente fiable, no hubo vibraciones, fue tremenda… el primer vuelo ha sido simplemente increíble».
El director general dijo que las comprobaciones previas del vuelo sólo toman unos «20 segundos», tras lo cual se «empuja la palanca hacia arriba, y el Volocopter se eleva en un solo salto… [después de lo cual] siguió todos los movimientos que hice con el joystick… Es, sin duda, algo increíble lo que hemos conseguido aquí».
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Mientras que en este vuelo el Volocopter sólo se movió a dos velocidades y a bastante baja altura, en las pruebas futuras es probable que lo veamos volar mucho más alto, desplazándose a su velocidad máxima de 62 mph.
La idea del Volocopter nació en 2010, con un primer modelo de demostración que se elevó a los cielos un año más tarde. E-Volo ha recorrido un largo camino, y tienen la ambición de producir el Volocopter en «grandes cantidades» para el mercado de los deportes al aire libre. También consideran la posibilidad de ofrecer servicios de taxi aéreo -inicialmente- para «rutas predeterminadas, como enlaces con aeropuertos, o en los nudos de tráfico sensibles, tales como los puentes».
Puede que aún pase un tiempo antes de que veamos estos híbridos de dron y helicóptero zumbando el aire como el Volocopter. Pero ya sabemos que E-Volo serán pioneros en estos nuevos caminos.