En realidad, Volvo no es una marca conocida por crear vehículos de rendimiento, aun cuando posee algunas máquinas bastante increíbles en su flota.
A principios de este año, Volvo Trucks (que es en realidad una entidad separada de Volvo Cars) dio a conocer el Iron Knight, un camión de carrera de 2,400 caballos de fuerza, y que alcanza una velocidad máxima de 275 kilómetros por hora. Y tal vez porque hay tan pocos camiones por ahí con el doble de poder de un Bugatti Veyron, Volvo Trucks decidió que el Iron Knight sólo podría competir contra un auto de carreras, un auténtico desafío que puedes ver en el vídeo a continuación.
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El carro que se compite contra el “Caballero de Hierro” es otro Volvo, el S60 Polestar TC1. Se trata de un auto de carreras fabricado para competir en el World Touring Car Championship (WTCC) de Europa, vagamente basado en el sedán deportivo S60 Polestar. Utiliza un motor de cuatro cilindros turbo de 1.6 litros, el cual produce 400 caballos de fuerza. Puede no ser mucho poder, pero el S60 pesa sólo 2,425 libras, en circunstancias que el Iron Knight roza las 10,000. Los dos vehículos alcanzan los 100 kmh de una parada en exactamente la misma cantidad de tiempo: 4.6 segundos.
Para este formidable e inusual truco de marketing, el auto de carreras S60 fue conducido por el campeón de la WTCC Thed Björk, mientras que el Iron Knight corrió al mando de Bojie Ovebrink, una auténtica leyenda de carreras de camiones. Ambos vehículos compitieron cabeza con cabeza en una carrera de velocidad de un cuarto de milla, y en otra de una vuelta al recorrido de 1.95 millas en el parque de Mantorp, Suecia.
A pesar de su tamaño, el Iron Knight tiene un poco de ventaja en la carrera de velocidad, ya que fue precisamente fabricado para tener una aceleración rápida. Por el contrario, el S60 fue construido para rodar por las carreteras, no para distancias cortas ni sprints en línea recta. En definitiva, que cada uno de los competidores tenía una ventaja específica sobre su rival, dependiendo del tipo de competición. El resultado, como podría haberse intuido, fue un empate. Cada uno a lo suyo.