En otros tiempos, apenas alcanzaba para vehículos de pasajeros y comerciales. En 2018, el nuevo mercado se divide en varios segmentos, como sedanes, SUV, minivanes y camionetas, entre muchos otros.
El fabricante alemán de componentes Bosch prevé la creación de un nuevo sector, tan pronto como la tecnología autónoma se fusione con la corriente principal. Predice que los transbordadores eléctricos sin conductor se convertirán en un elemento común en las principales ciudades de todo el mundo. Por lo mismo, es que sus representantes han viajado al Consumer Electronics Show (CES) 2019 en Las Vegas para mostrar cómo planea ser parte de este naciente segmento.
La empresa insiste en que construyó su concepto en un estudio de diseño para mostrar lo que hay dentro de él, aclarando que no tiene planes de convertirse en fabricante de automóviles. Está dejando esa parte a las compañías de automóviles establecidas, como Volvo. El conceptual tiene la forma de una caja, para así maximizar el espacio del interior, y está equipado con enormes ventanas laterales para brindar a los pasajeros una vista lo más amplia posible del exterior. Ofrece espacio para cuatro ocupantes en esta configuración, aunque ciertamente otros diseños son posibles de crear.
Las pantallas de infoentretenimiento se pueden usar individualmente o compartidas entre dos o más usuarios, en el caso que deseen disfrutar del mismo contenido. Por ejemplo, una persona puede ver el progreso del viaje, dos pueden reproducir una película desde un teléfono inteligente a través de la conexión Wi-Fi a bordo del propio móvil, y el cuarto puede dejar la pantalla de lado para leer un libro. El sistema de infoentretenimiento también proporciona antecedentes como el clima y las recomendaciones de restaurantes, además de datos sobre el destino, una función que muestra el camino hacia adelante cuando los transbordadores sin conductor se embarcan en viajes más largos, no solo en trayectos cortos a través de una ciudad.
Los sensores basados en cámaras revisan la cabina para asegurarse de que los pasajeros no dejen allí sus pertenencias, y los conecta automáticamente si detecta un objeto olvidado. También, sabe si el transbordador necesita limpieza. La tecnología de la cámara se ha vuelto lo suficientemente precisa como para poder identificar un chicle en el asiento o una taza de café derramada. Por supuesto, es mejor para todos si los pasajeros dejan el servicio de transporte en las mismas condiciones en que lo encontraron.
Como no es de extrañarse, Bosch planea ingresar a este nuevo rubro del transporte compartido en la etapa previa, incluso antes de que los usuarios tengan la oportunidad de derramar sobre el piso su caramel macchiato. Para tal efecto, está desarrollando una plataforma de software que conecta a los usuarios con los transbordadores a través de una aplicación de teléfono inteligente, encuentra la mejor manera de transportarse entre dos puntos, y verifica si alguien más necesita que lo lleven en el camino, asumiendo que la persona solicita el viaje que quiere compartir, por supuesto. Ante la ausencia de un conductor humano, la tecnología de acceso digital permite al transbordador identificar al pasajero que solicitó el viaje a través de su teléfono inteligente. Es como una huella digital, explicó la compañía en un comunicado, y se asegura de que nadie pueda subirse al vehículo antes que un pasajero que haya reservado con antelación su viaje.
La tecnología construida por Bosch también ayuda a mover el trasbordador. Se alimenta de los ejes de transmisión eléctrica también desarrollados por la empresa y se apoya en un software diseñado internamente para determinar el alcance que queda en la batería, la cantidad de energía eléctrica que utiliza el aire acondicionado y si el móvil tiene suficiente carga en la batería para llevar a todos sus pasajeros a sus destinos. Las unidades con poca energía, se retirarán automáticamente de circulación y se dirigirán a la estación de recarga más cercana.
Los radares, sensores ultrasónicos, sistemas de control de frenos y componentes de dirección asistida, así como el software de localización basado en mapas que le indica a la máquina exactamente de dónde viene, también son fabricados por la germana Bosch. Es una inversión relevante, pero los ejecutivos de la compañía creen que dará sus frutos en un futuro no muy lejano. En este momento, los transportes autónomos son pocos y están operando muy distantes entre ellos. Bosch predice que, en 2020 podría haber cerca de un millón de ellos en las calles y avenidas de Europa, Estados Unidos y China. Según su augurio, ese número podría crecer a 2.5 millones en 2025.
«En el futuro, todos los vehículos en la carretera utilizarán los servicios digitales de Bosch», aseguró Markus Heyn, uno de los miembros de la junta de la marca con sede en Stuttgart.