El fabricante de automóviles con sede en Reino Unido —el mismo que suministra sus vehículos a James Bond 007— produce algunos de los vehículos más bellos del mundo, cada uno con un mínimo de mecánica controlada por computador. Es decir: importa la sensación, la emoción de quién los maneja, y esto por sobre todas las demás cosas.
El tema de las emisiones y los reglamentos sobre economía de combustible se están endureciendo en todas partes, y aquello evidentemente ha afectado a los fabricantes. Esto puede resultar complicado para vehículos V12 y V8 de aspiración natural. Además, según admiten en Aston Martin, están en constante lucha para ganar un lugar en el mercado americano, y adaptarse es necesario para poder entrar.
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Hay un plan: de aquí a 2020, Aston Martin producirá un nuevo modelo cada año, incluyendo un auto completamente eléctrico (Rapide), un Crossover (DBX) y los reemplazos del Vantage, del Vanquish, y del DB9.
El DB11 es el automóvil que nos ocupa en este artículo. Como ya muchos saben, se trata de un automóvil deportivo gran turismo que tiene concebido para captar la belleza icónica de su predecesor.
El DB11 está propulsado por un nuevo V12 de doble turbo 5.2 litros que produce 600 caballos de fuerza y 516 libras-pie de torque. Conectado a una caja de cambios ZF automática de 8 velocidades, este deportivo alcanza las 60 mph en 3.9 segundos, y si lo dejas, sin demasiado esfuerzo alcanza su velocidad máxima 200 mph. Por ahora, el DB11 está disponible exclusivamente con una potencia de 12 cilindros, pero podemos esperar ver un V8 biturbo de Mercedes-Benz bajo el cofre en un futuro próximo.
A pesar de sus dimensiones más grandes, el DB11 es 86 libras más ligero que el DB9, aumentando así la potencia de su motor. Para completar las mejoras de rendimiento posee un sistema de vectorización del par dinámico, y modos de manejo adaptativo. Este último sistema puede sintonizar de forma independiente la cadena de tracción y suspensión para GT (confort), Sport (emoción), o Sport + (hay que estar muy atento, que vuela).
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El aumento de potencia por encima de 3,000 rpm está hábilmente controlado por el dúo de rendimiento de frenado y vectorización del par del DB11. En un instante, la suspensión se transforma de dúctil a ágil, apretando cuerpo sustancial del DB11 a través de las curvas cerradas con facilidad.