Los autos eléctricos son mejores para cuidar el medio ambiente en comparación a los autos convencionales que utilizan gasolina o petróleo. Por esa razón, países como Estados Unidos buscan aumentar el uso de los autos eléctricos y establecer un mercado. Sin embargo, uno de los mayores impedimentos para ese objetivo es la falta de estaciones de carga a lo largo del país.
Ahora, si miramos cualquier mapa de estaciones de carga en Estados Unidos, acercando la vista a la mayoría de las grandes ciudades, se puede observar que hay enormes espacios en blanco, y estos puntos coinciden con los barrios en donde viven principalmente comunidades afroamericanas e hispanas, reporta The Washington Post.
Si bien el uso de vehículos eléctricos está creciendo rápidamente en las comunidades acomodadas, en su mayoría de personas blancas, los vecindarios minoritarios se están quedando atrás. Ciudades como Chicago, Austin, Boston, Washington, D.C., Denver, Houston, Kansas City, Nueva York, Oakland, San Diego y San José tienen menos estaciones de carga en áreas afroamericanas o latinas.
La falta de estaciones de carga y vehículos eléctricos que dependan de ellos empeora la exposición ya desproporcionada a la contaminación del aire en los vecindarios minoritarios, haciendo que los conductores de estos barrios sigan utilizando automóviles tradicionales, que, aunque son más baratos al comprarlos, son más costosos de alimentar y mantener.
De acuerdo con Stefan Schaffer, estratega del Desafío Climático de Ciudades Estadounidenses en el Consejo de Defensa de Recursos Naturales, “si los residentes de la ciudad no pueden participar de manera equitativa en el mercado de vehículos eléctricos, eso sería un fracaso”, agregando que hay que asegurarse de que “todas las comunidades puedan participar en la economía del futuro”.
Pero sin estaciones de carga de fácil acceso en las comunidades minoritarias “será difícil avanzar”. En los vecindarios urbanos donde los residentes no tienen entradas para autos o garajes y dependen del estacionamiento en la calle, los cargadores públicos son una necesidad para persuadir a los consumidores de que compren autos eléctricos. Sin embargo, si estos autos no están allí, no hay ningún incentivo comercial para instalar los cargadores.
Naomi Davis, una activista medioambiental, y Stacey McIlvaine, una electricista, incluso se reunieron para discutir cómo podrían corregir la ausencia total de cargadores de vehículos eléctricos en uno de los barrios afroamericanos más importantes de Chicago: West Woodlawn. Llegaron a la conclusión de que una posible ubicación para un cargador sería el estacionamiento detrás de un edificio.
Davis, fundadora de la organización de defensa ambiental Blacks in Green (que lleva operativa 14 años), dijo que, si no actúan ahora, su comunidad podría quedarse atrás en la era de los autos eléctricos.
Por otro lado, el proyecto de ley de infraestructura que ha aprobado el Congreso incluye $7,5 mil millones para la instalación de nuevos cargadores. Además, la administración Biden quiere ver más de 500,000 en su lugar para 2030, un aumento de cuatro veces con respecto al número actual. Sin embargo, tendrán el desafío de lograr que se implemente el proyecto de ley y analizar cómo decidirán las ubicaciones de los cargadores.
Asimismo, General Motors planea establecer 40,000 estaciones de carga en Estados Unidos y Canadá, que, según la compañía, “estarán en áreas urbanas y rurales desatendidas”.
Y en Chicago, mientras tanto, una nueva ordenanza requiere que las nuevas residencias multifamiliares incluyan estaciones de carga, y el estado de Illinois ha adoptado subsidios para vehículos eléctricos que se escalan a ingresos.
Si bien estos esfuerzos claramente aportan poco a poco, algunas personas creen que se necesitan proyectos más audaces para lograr la equidad con relación a los autos eléctricos y evitar que existan barrios que se queden atrás en los avances.
Los activistas dicen que la oferta, en forma de cargadores, debe llegar antes de que se materialice la demanda. Pero incluso así la demanda no surgirá de un momento a otro. De hecho, un cargador instalado por McIlvaine en mayo, posicionado en una organización sin fines de lucro llamada Plant Chicago, en el vecindario Back of the Yards, hasta mediados de octubre tuvo solo tres usuarios.
Aun así, la gente que se ha movilizado dice sentirse optimista, asegurando que, con suficientes cargadores disponibles y visibilidad, las personas afroamericanas e hispanas recurrirán a los vehículos eléctricos, especialmente a medida que los autos eléctricos usados comiencen a ser más asequibles.