La Agencia Nacional de Inteligencia de Estados Unidos (FBI) admitió que compró millones de datos de los celulares de usuarios estadounidenses, para espionaje y vigilancia.
La Oficina de la Dirección de Inteligencia Nacional (ODNI) publicó un informe desclasificado que detalla el alcance de esta práctica (h / t: TechCrunch). El informe confirma que las agencias compran la llamada información disponible comercialmente (CAI) de los ciudadanos.
Estos datos disponibles comercialmente provienen de teléfonos inteligentes, automóviles conectados, dispositivos IoT, tecnologías de seguimiento web como cookies y vías más tradicionales (por ejemplo, registros públicos). Los datos obtenidos a través de estas compras incluyen información de ubicación, actividad de navegación web, información de redes sociales y más.
«En las manos equivocadas, las ideas sensibles obtenidas a través de CAI podrían facilitar el chantaje, el acecho, el acoso y la vergüenza pública», dice un extracto del informe.
Además, el informe señala que esta práctica tiene implicaciones para las libertades civiles:
«CAI puede revelar, por ejemplo, los movimientos y asociaciones detallados de individuos y grupos, revelando actividades políticas, religiosas, de viajes y de discurso. CAI podría usarse, por ejemplo, para identificar a cada persona que asistió a una protesta o manifestación en función de la ubicación de su teléfono inteligente o los registros de seguimiento de anuncios».