El Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái (IfA) habilitó dos nuevos telescopios para el sistema ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact last alert System), que tiene por objetivo alertar sobre el inminente impacto de un asteroide contra la Tierra.
Hoy día, la NASA y otras agencias espaciales utilizan una red de telescopios en todo el mundo para advertir sobre el impacto de objetos cercanos a la Tierra denominados NEO, siglas en inglés de Near Earth Object.
La NASA, por medio de oficinas como el Laboratorio de Propulsión a Reacción, tiene detectados unos 18,000 NEO de más de 140 metros de diámetro que, si impactan la Tierra, podrían producir eventos catastróficos. Sin embargo, ¿qué sucede con los objetos menores a ese diámetro?
Es justo ahí donde entra en acción el sistema ATLAS de la Universidad de Hawái, cuyos telescopios pueden detectar asteroides de al menos 20 metros de diámetro.
Los nuevos telescopios se instalaron en el hemisferio sur, en específico, en la Estación de Observación Sutherland de Sudáfrica y en el Observatorio El Sauce, en Chile. Ambos se suman a los ubicados en Haleakala y Maunaloa, en Hawái.
La idea de ubicar los dos nuevos telescopios en el hemisferio norte es permitir que ATLAS pueda monitorizar el cielo las 24 horas del día.
“Un asteroide que podría golpear a la Tierra puede venir en cualquier momento de cualquier dirección, así que ahora ATLAS podrá mirar el cielo todo el tiempo”, destacó en un comunicado John Torny, uno de los investigadores de la Universidad de Hawái que participa en el proyecto.
Según los especialistas, ATLAS puede notificar unas 24 horas antes sobre el impacto de un asteroide de unos 20 metros de diámetro, tamaño suficiente para destruir una ciudad. Las 24 horas de alerta permitirían evacuar a la ciudad.
Para objetos de 100 metros de diámetro, capaces de provocar “una destrucción regional”, la alerta se emite tres semanas antes del impacto.
El Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái destacó que desde su entrada en operación en enero pasado, el telescopio de Sudáfrica detectó su primer NEO, un asteroide llamado 2022 BK, de unos 100 metros de diámetro y que, por fortuna, no representa ningún riesgo para la Tierra.