Uber anunció a principios del 2018 que está dando un primer paso tentativo para involucrarse en otra área del mercado de transporte compartido en las áreas urbanas: las bicicletas. Después de iniciar un programa piloto en San Francisco de la mano de la empresa Jump, Uber anunció el 9 de abril que compró esta empresa y que piensa llevar el servicio a más ciudades alrededor del mundo. El anuncio fue hecho por Uber en su blog, pero no indica cuál fue la suma que pagaron para comprar la empresa.
Curiosamente, para lanzar el plan se eligió una de las ciudades con mas variedad topográfica en los Estados Unidos: San Francisco. Por esto, las bicicletas tienen pequeños motores eléctricos para ayudar a quienes las usan mientras pedalean en algunas de sus famosas calles empinadas. «Te sentirás como un guerrero conquistando colinas», afirmó Uber en un comunicado.
Durante el servicio piloto, la opción aparecía como una opción en la aplicación Uber. Jump obtuvo en enero del 2017 un permiso en San Francisco para operar un servicio que utiliza bicicletas eléctricas, y llevó a cabo pruebas en la ciudad en la segunda mitad del año pasado.
Cómo funciona
Para poder utilizar una de sus bicicletas, simplemente debes abrir tu aplicación de Uber, y tocar el ícono de la bicicleta que está en el menú principal, en la esquina superior izquierda de la pantalla de inicio. Aparecerá un mapa mostrando las bicicletas disponibles cerca del lugar donde te encuentras.
Después, simplemente debes usar el PIN (Personal Identification Number) provisto para desbloquear la bicicleta. Y con eso, todo estará listo para que puedas usarla, con un módico costo de $2 dólares por 30 minutos. Una vez que llegues a tu destino, puedes dejar la bicicleta en el estacionamiento público más cercano aprobado por Uber, también indicado en el mapa.
Como por ahora esta es únicamente una prueba, Uber y Jump solamente ofrecen 250 bicicletas. Si estás interesado en participar, puedes poner tu nombre en la lista de espera de Uber. Para asegurarse de que esas bicicletas no terminen en lugares incorrectos y para maximizar su disponibilidad, el personal de Jump supervisará las operaciones.
El mercado de bicicletas compartidas es el último ejemplo de cómo Uber continúa viendo más allá de sus raíces basadas en automóviles, en un intento de buscar flujos de ingresos adicionales. La compañía estará observando cuidadosamente para ver cómo se recibe esta nueva oferta, aunque insiste en que proporciona «un paseo cómodo y ecológico” incluso en ciudades densas donde el espacio es limitado y las carreteras pueden estar congestionadas.
Al parecer las pruebas han sido exitosas, ya que con la compra de Jump, la empresa confirmó que tiene planes para extender el servicio a otras ciudades del mundo.