El Auto Show de Detroit de este año comenzó con una noticia espectacular para entusiastas de los muscle cars americanos y del cine. Ford presentó su tan esperado Mustang Bullitt 2019. Se trata de una interpretación moderna del automóvil con el que el legendario Steve McQueen perseguía a criminales por las calles de San Francisco, hace ya casi 50 años.
«Al hacer un Bullitt, hay ciertas cosas que debe tener, sí o sí. Debe tener la actitud correcta; tiene que ser único, y más que nada, tiene que ser un bad-ass«, explicó el ingeniero jefe de Ford Mustang, Carl Widmann. Ford, en estos casos, suele dar justo en la tecla. El Bullitt viene estándar en color verde oscuro, un tributo al original, aunque los compradores pueden encargarlo también en negro. También recibe sutiles toques de cromo alrededor de la rejilla y las ventanas, y se monta en llantas de cinco radios de 19 pulgadas. Observa bien, y te darás cuenta de que no viene con rayas, calcomanías ni emblemas; la sutileza caracteriza al Bullitt, al de entonces y al de ahora.
Ofrecido sólo como coupé, el Bullitt se basa en el último Mustang GT, pero Ford aún no ha publicado las especificaciones técnicas completas. Los únicos datos publicados a cuentagotas nos dicen que el poder lo recibe de una versión mejorada del motor V8 de 5.0 litros del GT afinado para bombear más de 475 caballos de fuerza y 420 lb/ft de torque. Esperamos que la producción final ronde los 500 caballos. Atornillado a una transmisión manual de seis velocidades, el ocho cilindros da al Bullitt una velocidad máxima de 163 mph, 8 mph más rápido que el GT normal.
El Ford Mustang Bullitt 2019 llegará a los concesionarios el próximo verano. La lista de opciones incluye asientos de Recaro, una suspensión semiactiva y el paquete Bullitt Electronics, que incluye funciones como navegación (útil para encontrar atajos mientras persigues criminales) y un sistema de sonido mejorado. La información de precios y las especificaciones técnicas completas se conocerán en los próximos meses.
Juntos
En Detroit, Ford exhibió el Bullitt moderno con su predecesor de 1968. Se trata de uno de los dos automóviles que protagonizaron la película. Incluso los historiadores automotrices más agudos creían que este modelo se había perdido para siempre. Warner Bros. lo vendió a un comprador privado después de que terminaran de filmar Bullitt, quedándose en manos del fanático Robert Kiernan. Su hijo Sean lo heredó en 2014, y acordó mostrarlo en público en el show de Detroit.
«Sabes, nunca fue nuestra intención mantener este automóvil escondido. Simplemente, sucedió así. Estoy muy emocionado de unirme a Ford y al nuevo Bullitt y mostrar este carro al mundo «, dijo Kiernan.