Quienes estuvieron conectados a internet a comienzos de milenio recordarán que uno de los métodos más populares para conseguir contenido de todo tipo era utilizar programas tipo peer-to-peer, que permitían a los usuarios compartir archivos desde sus equipos por medio de un único cliente. En palabras más sencillas, programas como Napster, Kazaa, Ares, eDonkey y eMule.
Este último nació precisamente el 13 de mayo de 2002. En ese entonces, un programador llamado Hendrik Breitkreuz decidió crear una alternativa a eDonkey, que era desarrollado por la compañía MetaMachine. Entre todos los programas P2P existentes, eDonkey era de los más usados, pero tenía algunos problemas: no se actualizaba con frecuencia, tampoco recibía nuevas funcionalidades y mostraba anuncios.
Breitkreuz entonces desarrolló eMule bajo código abierto y con referencias obvias al software al que se inspiraba (donkey es burro, mule es mula). El nuevo programa utilizaría la misma red llamada eDonkey Network o eD2k, más una similar conocida como Kad Network.
Con el paso de los meses y los años, eMule se convirtió en uno de los clientes P2P más populares; incluso superó a los que en ese entonces habían estado a la cabeza como Kazaa o eDonkey. Esto se debió, en parte, a que su naturaleza de código abierto permitió que la comunidad agregara nuevas características y creara versiones para otros sistemas operativos. El original eMule se lanzó para Windows, pero con el paso del tiempo llegó una versión para Linux llamada aMule.
La fiebre del P2P de inicios de los 2000 le debe mucho a eMule, que llegó a ser uno de los programas peer-to-peer más utilizados del mundo. Y esa popularidad fue la clave de su éxito: mientras más usuarios utilizaban el programa y compartían archivos, más sencillo y más rápido era encontrar lo que se buscaba y descargarlo al equipo. En ese aspecto, otros clientes P2P como Ares o Kazaa, si bien tuvieron reconocimiento, nunca llegaron al alcance masivo de eMule.
En paralelo, la popularidad de eMule y similares dio pie a la discusión sobre derechos de autor. El precursor de los P2P, el mítico Napster, ya había tenido líos legales con la banda Metallica y era cuestión de tiempo para que otras discográficas siguieran el ejemplo.
Fue así como en 2005 la Recording Industry Association of America exigió a la compañía detrás de eDonkey que suspendiera la operación del cliente y demandó a MetaMachine. Finalmente, eDonkey dejó de funcionar en septiembre del mismo año.
No ocurrió lo mismo con eMule, un programa desarrollado de manera independiente por una comunidad. Las redes sobre las cuales funcionaba siguieron activas al ser descentralizadas, con lo que eMule siguió operando sin problemas. En cambio, los mayores inconvenientes estuvieron en forma de versiones alternativas del cliente, que contenían software malicioso y que ensuciaron muchas computadoras.
En 2010, apareció la última versión estable de eMule (0.50); por aquella época, los torrents ya habían tomado el relevo en cuanto a software de descarga P2P. Sin embargo, la comunidad resucitó el proyecto hace un tiempo y actualmente existe una versión activa que se puede descargar desde el sitio web oficial.
En cierto sentido, programas como eMule fueron un producto de su tiempo, cuando la oferta de contenidos en internet era mucho más limitada. Hoy día, programas como eMule, Kazaa o el sucesor espiritual torrent se asocian principalmente a piratería, pero en 2002 eMule se encargo de abrir y democratizar el acceso a contenido. Si lo hizo de manera legal o no, es una discusión para abogados.