Una moderadora de contenidos de Facebook reveló que el trabajo que hacen ella y sus colegas dentro de la plataforma no es otra cosa sino “una pesadilla”.
Isabella Plunkett, quien trabaja para Facebook pero que está subcontratada por una empresa externa, explicó a la BBC que los moderadores de la red social pagan un costo muy alto a causa de lo que les toca ver.
Según la moderadora, el trabajo consiste en procesar alrededor de 100 solicitudes diarias de moderación. Y mientras mayor prioridad tiene una solicitud, más delicado es el contenido: violencia gráfica, infantil e incluso suicidios.
Una de las problemáticas asociadas con esto es que a los moderadores externos y subcontratados no se les permite trabajar desde casa, como sí ocurre con quienes están contratados por la propia Facebook. “Cada día es una pesadilla. El apoyo sicológico que se nos da es insuficiente. Y no podemos decir que nos vamos a casa a descansar, porque eso no ocurre”.
Por otra parte, quienes trabajan como moderadores deben firmar un contrato en el que aceptan el hecho de que pueden desarrollar estrés postraumático.
Según la red social, a todos los moderadores se les ofrece ayuda sicológica para lidiar con las imágenes y el contenido al que están expuestos, pero Plunkett dice que aquello no es lo adecuado. Primero, porque los trabajadores subcontratados “somos tratados como ciudadanos de segunda clase, a diferencia del personal de Facebook”, y segundo, porque el personal psicológico no está bien preparado.
“Las personas en los equipos de ayuda tienen buenas intenciones, pero no son doctores —explicó la moderadora en una audiencia del Gobierno irlandés—. Nos sugieren que hagamos karaoke o que pintemos, pero muchas veces no tenemos ganas de cantar luego de haber visto como a alguien lo cortan en pedazos”.
Estas revelaciones se dieron en el marco de una investigación del Gobierno de Irlanda, que busca que Facebook se haga responsable por las consecuencias en la salud mental que implica trabajar como moderador de contenido.
Y no es primera vez que Facebook se ve enfrentada a una situación similar. En 2020, un grupo de moderadores de contenido acusó a Mark Zuckerberg de poner en riesgo sus vidas al obligarlos a volver a trabajar de manera presencial.