Clubhouse, la aplicación que hasta hace unos meses parecía ser el próximo gran gigante en el mundo de las redes sociales, tiene algunos problemas. Según los últimos números informados, las descargas en el mes de abril descendieron hasta las 922,000 en la App Store.
El número no es nada bajo y es cercano al millón de descargas, pero como siempre ocurre, cada número necesita su contexto. Y en el caso de Clubhouse, el contexto no lo ayuda: en febrero, las descargas se contabilizaron en 9 millones, mientras que en marzo el descenso fue drástico y se quedó en 2.7 millones.
Los 900,000 del mes de abril necesitan alguna explicación y hasta ahora no hay un factor por sí solo que revele lo que hay detrás de una caída tan radical. Por una parte, esto se atribuye al fin del confinamiento: mucha gente ha vuelto a sus labores prepandemia de manera paulatina, lo que implica estar menos tiempo en casa para monitorear y escuchar conversaciones de emprendedores de tecnología en Clubhouse.
Por otra parte, está el hecho de que otras redes sociales están empezando a lanzar soluciones similares. Instagram actualizó algunas funciones de las llamadas en vivo, que ahora permiten reunir a más personas, así como apagar la cámara o el micrófono a discreción. Y Twitter lanzó Spaces, que no es otra cosa que salas de audio en vivo, muy similar a la propuesta de Clubhouse.
De la misma manera, hay que considerar que Clubhouse se trata de una plataforma que opera bajo un cierto sentido de exclusividad, para empezar porque fue una de las favoritas de Elon Musk. Hasta ahora, para participar en ella es necesaria una invitación de otro usuario, lo que invitaría a pensar que con más usuarios habría más invitaciones dando vuelta. Sin embargo, lo ocurrido invita a conjeturar sobre qué hay detrás de que el crecimiento se haya frenado.
Esto no significa que Clubhouse esté en vías de salida ni nada por el estilo, sino al contrario. La gran chance que le queda es, primero, lanzarse en Android —para lo cual ya existe una versión beta— y segundo, eliminar las barreras de entrada a la plataforma (invitaciones). Una vez que esto ocurra, sabremos si es una red social que encontrará su espacio en el mundo o si simplemente se trata de una hija de la pandemia que, una vez acabada esta, quedará en el olvido.