Investigadores de la Universidad de Tel Aviv han descubierto que la variante británica, llamada B.1.1.7, del coronavirus es un 45 por ciento más contagiosa que el virus original.
Los científicos se basaron en los datos de unas 300,000 pruebas de PCR obtenidas en un laboratorio creado en colaboración con el Grupo Electra.
“Utilizamos un kit que analiza tres genes virales diferentes. En la variante británica, también conocida como B.1.1.7, uno de estos genes; el gen S, ha sido borrado por la mutación. En consecuencia, pudimos rastrear la propagación de la variante incluso sin la secuenciación genética”, explica el profesor Ariel Munitz.
Según el investigador, los datos del laboratorio muestran que la propagación de la variante británica fue muy rápida. El 24 de diciembre de 2020, solo 5 por ciento de los resultados positivos se atribuían a la variante británica.
Sin embargo, seis semanas después, esta variante era responsable de 90 por ciento de los casos de COVID-19, por lo menos en Israel. La cifra actual bordea el 99.5 por ciento.
“Para explicar este dramático aumento, comparamos el número R del virus SARS-CoV-2 con el R de la variante británica. En otras palabras, planteamos la pregunta: ¿Cuántas personas, por término medio, contraen la enfermedad de cada persona que tiene cualquiera de las dos variantes? Descubrimos que la variante británica es un 45% –casi 1,5 veces– más contagiosa”.
En la segunda fase del estudio, los investigadores segmentaron el contagio por grupos de edad. Los resultados indicaron que el punto de inflexión para la población de más de 60 años en comparación con otros grupos de edad se produjo dos semanas después de que 50 por ciento de la población israelí de más de 60 años recibiera la primera vacuna.
“Hasta enero vimos una dependencia lineal de casi el 100% entre los distintos grupos de edad en cuanto a nuevos casos por cada 1,000 personas”, agrega el doctor Dan Yamin.