Dos grupos de científicos europeos podrían haber identificado de manera paralela la causa de los casos de coágulos de sangre registrados en personas que han recibido la vacuna de Oxford/AstraZeneca contra el COVID-19.
Los investigadores de la Universidad de Greifswald (Alemania) y del Hospital Universitario de Oslo (Noruega) aseguran haber detectado el origen de los casos aislados de trombosis, que llevaron a una decena de países europeos a paralizar la aplicación del antídoto, según The Wall Street Journal.
El equipo alemán, liderado por Andreas Greinacher, dijo que la vacuna provocaría la sobreactivación de las plaquetas en la sangre, que puede derivar en coágulos potencialmente mortales. Según los investigadores, la reacción es similar a la trombocitopenia inducida por heparina.
Los investigadores analizaron 13 casos notificados en Alemania –sobre un total de 1.6 millones de dosis–, que registraron los coágulos entre cuatro y 16 días después de la administración del antídoto. Del total de casos, 12 eran mujeres.
En paralelo, los investigadores del Hospital Universitario de Oslo investigaron tres casos de coágulos sanguíneos, uno de ellos mortales.
Al igual que los investigadores alemanes, identificaron anticuerpos provocados por la vacuna que causaron una reacción exagerada del sistema inmunológico que condujo a los coágulos de sangre.
“Nuestra teoría es que se trata de una fuerte respuesta inmunitaria que muy probablemente se produce después de la vacuna. No hay otra cosa que la vacuna que pueda explicar esta respuesta inmune”, afirmó el investigador Pål Andre Holme.
Síntomas de fácil identificación
Según los investigadores alemanes, si la teoría es correcta, la reacción adversa puede identificarse y tratarse.
En ese sentido, recomendaron a las personas estar atentas a hematomas, hinchazón o dolores de cabeza inusuales después del cuarto día de vacunación. De esta forma, los problemas podrían ser manejados con relativa facilidad por el personal médico.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha descartado que la vacuna esté asociada a una mayor incidencia de casos de trombosis que en la población general. “No se ha probado un vínculo causal con la vacuna […], pero es posible y merece un análisis más detallado”, afirmó la EMA.
Estudios en fase 3 en Estados Unidos
En paralelo, los estudios en fase 3 en Estados Unidos demostraron que la vacuna de Oxford/AstraZeneca demostró una efectividad de 79 por ciento para prevenir los síntomas de la enfermedad.
Además, demostró ser 100 por ciento efectiva para prevenir el desarrollo de casos graves y las hospitalizaciones en todos los grupos de edad.
Según AstraZeneca, los expertos no identificaron ningún problema de seguridad relacionado con la vacuna, incluido el hecho de que no encontraron un mayor riesgo de coágulos sanguíneos raros identificados en Europa.
Aunque la vacuna de AstraZeneca ha sido autorizada en más de 50 países, todavía no se le ha dado luz verde en Estados Unidos.
El estudio incluyó a más de 30,000 voluntarios, de los cuales dos tercios recibieron la vacuna, mientras que el resto recibió placebos.