Ha estado “en construcción” por años. Tantos, que ya incluso pensábamos que nunca veríamos. Pero BMW finalmente ha presentado la variante en topless de su deportivo-híbrido-enchufable i8 en el Auto Show de Los Ángeles.
Los diseñadores decidieron conservar la llamativa silueta del i8 mientras quitaban parte del techo. El toldo se abre o se cierra en 16 segundos, incluso a velocidades de hasta 31 mph. Se pliega verticalmente en forma de Z (la letra, no el automóvil) para ocupar el menor espacio posible bajo una cubierta acentuada con los emblemas «Roadster» específicos del modelo, para que no te olvides que estás manejando es todo un convertible. Lo cierto es que el Roadster se ve tan futurista como el coupé, que sigue siendo uno de los modelos más llamativos del mercado, incluso a tres años de su debut.
El i8 ofrece 3.5 pies cúbicos de espacio entre maleteros entre los asientos delanteros y el cortafuego trasero, y 4.7 pies cúbicos atrás. Estas cifras probablemente no parezcan gran cosa, pero 8.2 pies cúbicos de almacenamiento es una cifra sorprendentemente alta para un automóvil como el i8. La desventaja es que el Roaster solo ofrece espacio para dos pasajeros. En comparación, el coupé adopta un diseño 2 + 2 más espacioso, aunque los asientos traseros son casi inútiles, a menos que metas ahí niños pequeños. El resto de la cabina permanece prácticamente sin cambios.
El peso es el principal enemigo de cada convertible, independientemente de la forma que adopte. BMW hizo todo lo posible para mantener los kilos bajo control mediante la fabricación de los elementos que conectan el mecanismo del techo al cuerpo con aluminio, todo mediante un novedoso proceso de impresión en 3D. Las puertas sin marco están hechas de fibra de carbono con una carcasa exterior de aluminio, y el marco del parabrisas está hecho exclusivamente con fibra de carbono. El i8 Roadster marca en la balanza 3,513 libras, 1,593 kilogramos, una cifra que lo hace “sólo” 132 libras (casi 60 kilos) más pesado que su homólogo de techo fijo.
El i8 Roadster marca además el comienzo de una versión actualizada del tren de potencia híbrido enchufable del coupé. Su centro es un motor de tres cilindros de 1.5 litros turboalimentado que envía 228 caballos de fuerza y 236 libras-pie de torque a las ruedas traseras. Es una evolución del tres cilindros que alimenta al Mini Hardtop de base y los Serie 3 de nivel de entrada en Europa, entre otros modelos, y se desplaza a través de una transmisión automática de seis velocidades. No son cifras demasiado impresionantes para un automóvil con las pretensiones del i8. Pero viene con un truco de alto voltaje bajo la manga…
Un motor eléctrico conectado a un paquete de baterías de 11.6 kilovatios hace que el eje delantero entre en movimiento, lo que aumenta la salida total a 369 caballos de fuerza. La batería almacena suficiente electricidad para alimentar el i8 por sí solo durante un máximo de 18 millas a no más de 75 mph, esto cuando el conductor activa el modo eDrive. Cuando se enciende el motor de gasolina, el Roadster obtiene tracción total y realiza el sprint de referencia de cero a 60 mph en 4.4 segundos, antes de alcanzar una velocidad máxima —limitada electrónicamente— de 155 mph.
El coupé —que recibirá el mismo tren motriz actualizado— y las variantes Roadster del BMW i8 2019 comenzarán a llegar a los concesionarios en la primavera del próximo año. Sus precios los sabremos más adelante.