Esta Navidad estará marcada por la crisis sanitaria que afecta el planeta a raíz del coronavirus. Por lo mismo, será una celebración distinta, mucho más modesta y sencilla.
Es probable que esto haya tenido en mente la estudiante de física aplicada Maura Willems, aunque en realidad quizá nunca sepamos por qué decidió crear el árbol de Navidad más pequeño del mundo.
Para su graduación, la joven perteneciente a la Universidad Tecnológica de Delft, en los Países Bajos, estaba trabajando con un microscopio de efecto túnel, un dispositivo capaz de escanear átomos individuales y cambiarlos de posición.
Ella utilizaba el aparato para construir pequeñas estructuras, prácticamente átomo por átomo, ya que buscaba analizar sus propiedades mecánicas cuánticas.
En algún momento de este arduo proceso, a Willems se le ocurrió hacer un árbol de Navidad eliminando 51 átomos de una red cristalina perfecta.
De esta manera surgió el llamativo diseño, que mide exactamente cuatro nanómetros de alto (o cuatro millonésimas de milímetro), así lo informa su casa de estudios a través de un comunicado.
A raíz de este diminuto árbol, muchos se han preguntado cómo serán los accesorios que lo adornen. Sin embargo, debemos aclarar que es muy poco probable que este árbol pueda llevar algún tipo de ornamentos. A menos que ella también se dé a la tarea de confeccionarlos.
Como sea, el diseño presentado por esta joven nos puede ayudar a reflexionar en torno a un festejo más austero y sencillo, uno que se adecúe más al año difícil que hemos tenido.