Los humanos escuchamos sonidos, en parte, porque unos diminutos filamentos dentro de nuestro oído interno ayudan a convertir las voces, la música y los ruidos en señales eléctricas, que luego se envían al cerebro para su procesamiento.
Durante mucho tiempo los científicos trabajaron con imágenes de baja resolución para estudiar estos filamentos, llamados enlaces de punta. Pero este 1 de octubre se dio a conocer que investigadores de la Universidad Estatal de Ohio mapearon estos filamentos a nivel atómico con imágenes en alta resolución.
El descubrimiento arroja luces sobre cómo funciona el oído interno y podría ayudar a los investigadores a aprender más sobre por qué las personas pierden la capacidad de oír.
Los científicos detectaron que los enlaces de punta están formados por las proteínas cadherina-23 y protocadherina-15, las mismas que están involucradas en la sordera hereditaria.
Los especialistas ya sabían que los enlaces de punta eran importantes para la audición y el equilibrio, pero hasta este estudio, no conocían cómo se estructuraban a nivel atómico.
“Ahora podemos ver hasta el átomo y tenemos la posibilidad de crear películas basadas en la física para saber cómo estos enlaces de punta responden a las fuerzas generadas por el sonido. Eso nos puede decir mucho más sobre cómo funcionan y qué sucede cuando dejan de funcionar”, destaca Marcos Sotomayor, profesor asociado de química y bioquímica en la Universidad Estatal de Ohio y autor principal del estudio.
En la investigación, publicada la semana pasada en el sitio de las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS), los investigadores demostraron que las proteínas cadherina-23 y protocadherina-15 realizan la conexión a través de unos “apretones de manos” moleculares que fortalecen el filamento o enlace punta.
Se cree que estos “apretones de manos” son esenciales para la audición y el equilibrio en el oído interno de todos los vertebrados.