Hace 150 millones de años, las primeras aves evolucionaron de pequeños dinosaurios con plumas, parecidos a lo que hoy conocemos como aves de rapiña, convirtiéndose así en otra rama del árbol genealógico de los dinosaurios. Aquello ocurrió en el Jurásico.
Durante más de ochenta millones de años, surgieron todo tipo de aves, y con diversas características. Hoy, las aves son conocidas como “los únicos dinosaurios que quedan”.
En retrospectiva, los científicos son capaces de clasificar a las aves en dinosaurios aviares, mientras que todos los demás tipos (desde el estegosaurio hasta el brontosaurio) serían dinosaurios no aviares.
El meteorito que cayó hace 66 millones de años en la península de Yucatán desencadenó la quinta extinción masiva en la historia del planeta. La Tierra se convirtió en un verdadero infierno, donde abundaron los incendios forestales. En total, se estima que el 75 por ciento de las especies conocidas desde el final de la era Cretácea no consiguieron llegar al siguiente, denominada Paleógena.
Esta ruptura geológica entre periodos es conocida como límite K-Pg y las aves con pico fueron los únicos dinosaurios que lograron sobrevivir al desastre.
“Se ha discutido mucho sobre lo que permitió a las aves de tipo moderno sobrevivir a la extinción de la K-Pg, mientras que otros grupos de aves, dinosaurios no aviares e incluso pterosaurios perecieron”, señala el paleontólogo del Royal BC Museum Derek Larson, en un artículo aparecido en Smithsonian Magazine y publicado por la revista PLOS Biology.
En la etapa final del cretáceo había toda una serie de aves y reptiles similares a las aves. Sin embargo, de ellos solo sobrevivieron las aves con pico.
Un golpe de suerte evolutivo
Aunque hoy todas las aves presentan picos sin dientes, esto no siempre fue así. El Archaeopteryx de hace 150 millones de años, uno de los primeros pájaros, tenía dientes. Después de él, las aves dentadas siguieron evolucionando junto a los dinosaurios, sus parientes.
Algunas de estas aves perdieron sus dientes y en su lugar comenzaron a alimentarse con picos desdentados. La interrogante es por qué ocurrió eso si las piezas si aparentemente les eran tan útiles.
La adaptación al aire parecía ser una de las razones. “Las hipótesis más antiguas se centraban en la idea de la reducción de peso para el vuelo”, explica la paleontóloga Grace Musser de la Universidad de Texas.
Sin embargo, los paleontólogos también han descubierto que algunos grupos de dinosaurios y aves evolucionaron sus picos, perdiendo los dientes a medida que se hacían más herbívoros. Se trata de un verdadero proceso evolutivo en el cráneo que terminó siendo clave para la sobrevivencia.
«Los cambios en el cráneo y la cara a medida que el pico se hizo más complejo pueden haber desplazado los tejidos en desarrollo, cambiando la forma en que interactúan en el embrión, y haber dado lugar a la pérdida de la formación de dientes», afirma la anatomista Abigail Tucker, del King’s College de Londres.
Si antes las primeras aves tenían dientes para capturar los insectos, algunas de ellas empezaron a especializarse en semillas, frutas y otros alimentos vegetales. Así desarrollaron picos para “arrancar y recoger”.
De esta forma, cuando se produjo la extinción, los rasgos que las aves ya habían estado evolucionando durante millones de años marcaron la diferencia entre la vida y la muerte.
Luego de la extinción, las aves con pico fueron capaces de alimentarse de las semillas de los bosques destruidos y aguardar pacientes hasta que la vegetación comenzara a regresar.