En 1918, el mundo moderno tuvo su primera pandemia: la gripe española. No se sabe cuántos murieron, pero se estiman entre 50 millones y 100 millones. ¿Se imaginan trasladarse a principios del siglo pasado y poder hacer teletrabajo o educación virtual? Hoy tenemos la ventaja de contar con herramientas que nos permiten mitigar el impacto productivo y económico del COVID-19.
La tasa de desempleo mundial es enorme. Solo en Estados Unidos son más de 30 millones las personas sin trabajo y se estima que la cifra irá en aumento. Los que tenemos la fortuna de laborar a distancia, no hemos sido afectados de igual manera que otros que, por la naturaleza de su empleo, están obligados a cumplir presencialmente con sus obligaciones.
¿Qué hemos aprendido hasta ahora? Que posiblemente tenemos más oficinas de las que necesitamos, que con ayuda del internet y aplicaciones como Zoom podemos hacer muchas tareas sin la necesidad de estar físicamente. También sabemos que viajamos por negocios más de lo que necesitamos. Y que, cuando están imposibilitados de ir a clases, los niños pueden tomar clases desde su hogar.
¿Qué nuevas costumbres tendremos cuando todo termine? Que no necesitamos darnos la mano para mostrar respeto, educación o gratitud. Que no necesitamos una pandemia para hacer videoconferencias con nuestros amigos o familiares. Que vivimos en una sociedad globalizada, para bien o para mal, que todos estamos en este barco llamado Tierra, que debemos ser consientes de las necesidades y carencias de todos.
La tecnología nos ha ayudado a sobrellevar el momento oscuro por el que pasamos, ahora nos toca a nosotros usar la tecnología para evitar otra pandemia y para estar más unidos como humanos.
A continuación, Digital Trends en Español comparte las reflexiones de su equipo respecto de cómo viene la mano en el futuro inmediato. En esta primera entrega, abordamos los desafíos en el ámbito laboral.
Cómo será trabajar en casa
Desde marzo, estamos en un gran experimento alrededor del mundo: el trabajo en casa. Hasta hace poco, lo que era un sueño de muchos es una realidad de todos aquellos que tienen un trabajo que puede hacerse de forma remota. ¿Es entonces esta una situación que podría extenderse en un futuro cercano o en la era poscoronavirus?
En primera instancia, muchas compañías podrán optar por prescindir de sus oficinas, dado que en muchos negocios el COVID-19 ha demostrado que la gente puede ser productiva desde casa. De esa forma, las empresas no tendrán que pagar arriendo y podrán ahorrar dinero. Esto llevará a que los precios de las rentas de oficinas se desplomen en las grandes ciudades como Nueva York, Los Ángeles y Chicago.
Si lo anterior llegara a suceder, serían los empleados los responsables de tener en su hogar un espacio donde trabajar. Claramente esta no es una exigencia, sino una recomendación para la salud mental. Muchas personas necesitan tener un espacio de trabajo separado de su zona de esparcimiento. Otros no lo necesitan y pueden trabajar en cualquier parte. En cualquier caso, si vives en un estudio y esto llegara a ser una realidad, lo más probable es que contemples la idea de mudarte a un lugar con más espacio.