El próximo referente de alto desempeño de Nissan podría funcionar con electricidad en lugar de gasolina, según lo esbozó uno de los principales ejecutivos de la marca. La firma japonesa está experimentando cómo sacarle el mayor rendimiento a sus paquetes de baterías tanto en las calles como los autódromos con miras a la próxima década.
Estrenado en 2010, el Leaf destacó como el primer eléctrico moderno de venta masiva. Nissan se concentró en hacer una segunda generación asequible, de buen alcance y práctica, no obstante un equipo de su división Nismo está tratando de develar todo su potencial.
La compañía está probando un RC 02 derivado del hatchback en una improvisada pista de carreras en Japón para explorar qué componentes deben permanecer en la etapa de prototipo y cuáles son elegibles para cuando entre a la línea de ensamblaje.
Al menos en el papel, el nuevo ejemplar ha plantado su bandera en el territorio de los superautos. Equipado con dos motores mejorados del Leaf son alimentados con una batería de iones de litio de 62 kilovatios-hora, que entregan 321 caballos de fuerza y 472 lb/ft de torque a las cuatro ruedas.
Estos componentes se instalan en una costosa estructura de fibra de carbono, que es muy improbable que supere esta etapa previa por razones de costo, pero el resto podría unirse en un buque insignia de alto voltaje capaz de dejar en el olvido al GT-R Premium.
El director de operaciones de Nismo, Motohiro Matsumura, aseguró a The Drive que el ejemplar eléctrico de próxima generación de Nissan, que se llama IDS, podría recibir muchas partes del sistema de propulsión del RC 02.
De acuerdo a sus declaraciones, el constructor podría sumar a su catálogo un motor de producción con 214 hp, por lo que dos de ellos bordearían una potencia de 430 hp. “Con esos números, es posible que el IDS supere al Nissan GT-R”, predijo.
Sin duda, toda la industria notará nota si Nissan lanza un bólido eléctrico con 430 caballos. Y, sin embargo, ese ejemplar podría terminar luciendo insignificante junto al modelo insignia que Matsumura tiene en mente.
«Los motores cuádruples son posibles, incluso muy probables», bromeó. Con esa configuración, habría un propulsor de 214 hp para cada una de las ruedas, con lo que la tracción totalizaría 850 hp.
¿En qué pie dejan estas cifras al GT-R? El coupé, cuyas habilidades de desempeño le han valido el apodo de Godzilla, regresará por lo menos durante una generación más en los próximos años, pero es poco probable que presente algún tipo de electrificación.
Hablando con Motor1, el especialista en productos en jefe, Hiroshi Tamura, reveló que los compradores de GT-R no tienen interés en un modelo híbrido, en parte porque la tecnología haría la unidad mucho más pesada y costosa.