No es muy frecuente que se decida visitar un restaurante solo por el novedoso servicio que ofrecen sus meseros, pero en un futuro las cosas podrían cambiar. Una compañía nepalesa de robótica, Paaila Technology, ha creado un mesero robot llamado Ginger, que espera poder irrumpir en la industria y transformar la manera en la que los clientes ordenan y reciben su comida en algunos restaurantes.
Con una altura de alrededor de 5 pies (aproximadamente un metro y medio), Ginger es un robot humanoide diseñado para llevar platos de comida entre la cocina y las mesas de un restaurante. Para hacer esto, utiliza sensores inteligentes con el fin de entender lo que sucede a su alrededor, con el fin de descubrir la mejor manera de maniobrar dentro del entorno agitado del lugar. Cuando necesita cargarse, regresa automáticamente a un área de acoplamiento donde sus baterías estarán listas para funcionar de nuevo.
Los clientes del restaurante pueden ordenar sus pedidos utilizando una computadora con pantalla táctil integrada en las mesas, y el robot les traerá su orden tan pronto esté lista. Pero Ginger no es un robot aburrido, sino que, como buen mesero, también está diseñado para interactuar con los clientes, y es capaz de entender y conversar tanto inglés como en nepalés.
La compañía Paaila Technology fue iniciada por un grupo de estudiantes del Instituto de Ingeniería en Dharan, Nepal, y el simpático Ginger es el robot insignia de la startup. Hasta el momento, tres unidades se instalaron en un restaurante llamado Naulo, en la capital de Nepal, Katmandú. El restaurante abrió sus puertas hace unos meses y, según se informa, los robots han sido una gran atracción para nuevos y antiguos clientes.
«Con Ginger, hemos tratado de reducir la intervención humana lo más posible», dijo Dipkamal Bhusal, uno de los miembros del equipo, cuando conversamos con él desde nuestras oficinas de Digital Trends. “Cuando se ordena cualquier alimento y está listo para su envío, Ginger lo sabe automáticamente y viene a cumplir con su deber. Cuando uno se va, otro robot encuentra la estación de la cocina para continuar el trabajo. De esta manera, Ginger y los humanos trabajan en coordinación en el entorno del restaurante. Además, mientras que Ginger se encarga de entregar los alimentos, los meseros humanos pueden entablar una conversación significativa con los clientes, desarrollando así una relación».
Por supuesto, esta no es la primera vez que los robots entran en el ámbito culinario o participan en preparar o servir alimentos y bebidas, y es claro que éste es un mercado en rápido crecimiento. Sin embargo, Ginger está lejos de ser perfecto. Es lento, aún requiere la intervención humana para partes de su operación, y no se mueve con la suficiente suavidad para llevar bebidas sin voltearlas de vez en cuando. Sin embargo, no hay forma de evitar el hecho de que los meseros-robot representan una gran oportunidad para cualquier empresa que pueda solucionar estos inconvenientes.
El portavoz de Paaila Technology nos dijo que tiene planes para ampliar el alcance de Ginger. «Estamos considerando expandirnos globalmente», dijo Bhusal. “Ya hemos recibido interés de varias empresas. Pero antes de expandirnos a los mercados extranjeros, necesitamos realizar más pruebas y buscar fondos para la fabricación en masa. Si las cosas van bien con las inversiones y la fabricación, entraremos primero en el mercado del sur de Asia, y luego en el mercado occidental». De ser así, nos preguntamos si cuando llegue a nuestra área tendremos que dejarle una propina.