Lunes. 26 de septiembre. Primer debate entre Hillary Clinton y Donald Trump a poco más de un mes para las elecciones presidenciales en los Estados Unidos.
Sin duda, había un gran interés por ver este primer cara a cara. Y, ¿quién ganó? La respuesta dependerá de si se le pregunta a un demócrata o a un republicano, pero, en mi opinión, Hillary Clinton dejó en evidencia, en varias ocasiones, a Donald Trump con su amplia y avalada experiencia.
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Ambos candidatos son muy distintos. De eso no cabe ninguna duda. Y si no que se lo pregunten a los espectadores que mientras veían el debate en sus televisores, lo seguían por la radio o por las redes sociales, tuvieron tiempo también para realizar algunas búsquedas en Google.
Pero, ¿qué buscaron? Pues… sobre Trump hicieron preguntas como: ¿Qué hace Donald Trump? ¿Quién lo ha respaldado? o ¿Por qué hace sorbidos con la nariz? Y no es para menos, ya que el candidato republicano no dejó de hacer muecas, caras extrañas, movimientos con la mano… En fin que muchas veces parecía no entender demasiado de lo que se estaba hablando.
Sin embargo, ¿qué preguntaba la gente sobre Clinton? En este caso, los espectadores y usuarios estaban más preocupados en ¿cómo le iba en el debate? ¿qué mensajes de correo electrónico borró? O ¿cuánto hace al año? Porque una de las grandes losas de Clinton en esta campaña presidencial es, sin lugar a dudas, el escándalo de los correos electrónicos, que Trump no dudó en recordar en el debate, al mismo tiempo que Clinton entonaba un mea culpa y asumía las responsabilidades por lo ocurrido.
Pero no es de lo único de lo que hablaron. Durante el debate, ambos candidatos trataron diferentes aspectos sobre la economía de los Estados Unidos, la discriminación racial, las relaciones internacionales, etc. Mientras Clinton y Trump iban pasando de un campo a otro, con algunos ataques personales por el camino, las principales búsquedas en Google se centraban en el registro de votantes, la Policía, el ISIS, la deuda nacional de los EEUU y las relaciones raciales, es decir, aquellos temas que realmente preocupan a la sociedad estadounidense.
De hecho, a Trump se le han atribuido muchos comentarios racistas fruto de sus alusiones permanentes a la construcción de un muro en México. Y es que Trump esta vez tampoco se olvidó de México o de China, que para él son dos de los grandes males de los Estados Unidos.
Aunque al principio ambos candidatos se mostraron más cordiales el uno con el otro, no tardaron demasiado en lanzarse algunos dardos. Trump nombró en numerosas ocasiones a Clinton y le atribuyó muchos de los problemas de los Estados Unidos. Es más, recurrió a ataques como “no tiene aguante” (en referencia a su estado de salud) o “tiene experiencia, pero es una mala experiencia” y la interrumpió en numerosas ocasiones, al igual que al moderador o presentador. Se le veía más nervioso.
Por su parte, Clinton aprovechó para recordar algunas comentarios de Trump con respecto a las mujeres, las quejas de ciertos trabajadores por las condiciones impuestas por el magnate o algunos impagos por parte del mismo, la “mentira racista” sobre el certificado de nacimiento de Barack Obama y su escasa preparación para ser el futuro presidente de los Estados Unidos.
En fin, que pudimos ver a un Trump algo más moderado en sus comentarios que en anteriores apariciones ante los medios, más dubitativo, con respuestas vagas y generales y a una Hillary Clinton que, aunque con las losas del pasado, salió airosa con ataques directos, pero sin perder la compostura, con varias sonrisas condescendientes y la seguridad de saber de lo que hablaba exponiendo cifras y datos concretos.
Pero todavía quedan dos debates más antes de que los estadounidenses voten por su candidato y seguro que el tono, las críticas y los reproches van in crescendo cuando el tiempo apremie y el final de esta carrera ya se vea demasiado cerca.