Solo tienes que cambiar a la vista satelital en Google Maps para ver lo hermosa que se ve la Tierra desde las alturas, pero las imágenes de las naves espaciales que capturan datos en el canal del infrarrojo cercano también crean imágenes de una belleza impresionante.
Por ejemplo, esta (abajo) capturada a principios de este año por la misión Copernicus Sentinel-2 y compartida hace unos días por la Agencia Espacial Europea.
Muestra las aguas de dos lagos salados en el este de África: el lago Natron en el norte de Tanzania y el lago Magadi en el sur de Kenia.
Los colores vivos se deben al procesamiento de imágenes a través del canal infrarrojo cercano de Sentinel-2, que ayuda a revelar información diferente a la que encontraría en una imagen en color natural.
«Mientras que los tonos intensos de rojo resaltan las áreas con vegetación y dominan esta imagen en falso color, la floración estacional de las algas en los lagos parece verde», explica la ESA. «Las áreas blancas y azules brillantes a lo largo de las costas representan una mezcla de arena, sal y marismas. Las costras de sal, resultantes de la evaporación causada por las altas temperaturas, se pueden ver como puntos blancos que salpican las aguas».
Con 34,8 millas (56 kilómetros) de largo, el lago Natron es el más grande de los dos lagos y tiene una profundidad de solo 9,8 pies (3 metros). Está reconocido como un humedal de importancia internacional, ya que es la única zona de reproducción regular de flamencos menores en África Oriental, con hasta 2,5 millones de ellos acudiendo a la zona.
El lago Magadi, más pequeño, que se ve en la parte superior central de la imagen, se encuentra en una vasta depresión en un área de roca volcánica. Al igual que Natron, Magadi presenta un alto contenido de sal, que en algunos lugares es de hasta 131 pies (40 metros) de espesor.
Sentinel-2 es una misión de dos satélites que proporciona la cobertura y la entrega de datos para el Programa Copernicus de Europa, un ambicioso esfuerzo que reúne enormes cantidades de información recopilada de satélites ambientales, así como de estaciones y sensores aéreos y terrestres, para construir una comprensión integral de la salud de la Tierra.