Si buscas un juego para jugar por horas, vale la pena comprometerse con The Division 2.
Lo bueno
- Detalles en cada rincón del mundo
- Sistema de cobertura mejorado
- Contenido para engancharte por horas
- La Zona Oscura sigue destacándose
Lo malo
- La historia es hasta innecesaria
- Puede volverse repetitivo a la larga
Puntaje
8/10
Ubisoft Massive y Ubisoft Reflections unieron fuerzas para traer The Division 2, la secuela del videojuego online que llega para competir contra Anthem y Destiny 2. Esta entrega deja de lado los trajes robóticos y conflictos intergalácticos para ofrecer una mirada post apocalíptica de Washington D.C., luego de que un virus arrasa con la sociedad como la conocemos.
Al igual que el primer juego, The Division 2 permite crear tu propio personaje que forma parte de un escuadrón especialista, encargado de ayudar quienes lograron sobrevivir. Desde la recolección de suministros hasta disparar a todo aquel enemigo que forme parte de una facción, se trata de ser un tipo de superhéroe que va a ayudar a aquellos que lo necesiten. Sin embargo, aquí los poderes son reemplazados por «gadgets» (desde drones hasta torretas) y un arsenal de armas esperando ser encontradas y modificadas.
La historia comienza en las afueras de la Casa Blanca, lugar que se convierte en nuestra base de operaciones a pocos minutos de iniciar el juego. Desde allí, podremos recibir nuevas misiones, contratos, elegir entre habilidades que nos permiten utilizar gadgets robóticos en combate, comprar y vender equipo, y mucho más. Es, también, una de las pocas zonas seguras que hay durante nuestros primeros pasos por la ciudad. Ya que de las puertas hacia afuera, el mundo es mucho más hostil de que lo esperábamos.
Hay muchas sorpresas esperando en el mapa
Nuevamente se trata de un mundo abierto a disposición de los jugadores, el cual se encuentra dividido por distintas locaciones a las que les corresponde un nivel mínimo y máximo. De esta forma, se puede tener una idea de lo que nos espera en cada distrito. Al explorar, encontraremos maletas o mochilas en el suelo con «loot» para nuestro personaje, cubriendo desde la totalidad de la armadura, armamento, y apariencia meramente estética con diferentes categorías para cada parte del cuerpo.
La «Zona Oscura», una modalidad que hizo destacar a su antecesor y que vuelve con todo en The Division 2.
Pero The Division 2 tiene muchas otras sorpresas esperando en el mapa. Además de misiones principales, hay encargos secundarios que pueden ser tomados en cualquier momento. Los contratos que mencionamos aparecen luego de cumplir con un cierto objetivo, y pueden revelar datos de interés como la ubicación de un enemigo de gran influencia para la facción malvada de turno. Por encima de esto, hay puntos de control que pueden ser retomados de los rivales para así convertirlos no solo en lugares seguros atrayendo civiles que luego pueden ayudarnos en la batalla, sino también como locaciones a las que luego podremos viajar de forma rápida desde cualquier parte del mapa.
Y todo esto sin mencionar el apartado online. Nuevamente, se incentiva al jugador crear alianzas con amigos o personas desconocidas en el multijugador, compartiendo así la experiencia y aumentando las recompensas, a costa de enfrentarse a enemigos más fuertes de lo normal. Hasta cuatro jugadores pueden formar parte del mismo grupo en simultáneo, pero este número incrementa en los modos competitivos.
La «Zona Oscura», una modalidad que hizo destacar a su antecesor y que vuelve con todo en The Division 2, nos permite nuevamente ingresar a un mapa solo o acompañados en busca de «loot» exclusivo. Este mismo es encontrado dentro de todo fácilmente, pero el problema es que al intentar volver con el mismo debemos de encender una bengala hacia el cielo, alertando a todos los jugadores en el área sobre nuestra ubicación.
La Zona Oscura sigue siendo una de las cosas más originales en The Division 2
Lo anterior lleva al grupo a intentar escapar y cambia la estrategia por completo, buscando que el grupo resista para evitar que los enemigos se lleven lo recaudado mientras esperan al helicóptero para salir de allí. La Zona Oscura sigue siendo unas de las cosas más originales en The Division 2, y es interesante ver cómo se expandió a distintas partes de Washington, ofreciendo diferentes instancias con sus propias condiciones para mantener las cosas diferentes y únicas en cada sesión.
Disparar en el juego es satisfactorio, y el sistema de cobertura (aunque ya lo hemos vivido en docenas de otros juegos) se lleva bien con la experiencia. Pero algo que se puede notar rápidamente es que la inteligencia artificial de los enemigos fue mejorada en comparación al primer título. La gran mayoría de ellos utilizan ahora granadas para romper nuestras defensas y obligarnos a cambiar de cobertura o correr dejándonos expuestos, mientras que otros son especialistas en correr hacia el personaje para golpearlos cuerpo a cuerpo. Algunos francotiradores, además de dispararnos en la oportunidad indicada, también revelan nuestra ubicación al apuntarnos con láseres o utilizando linternas.
Tal como mencionamos, se trata de un ambiente hostil, pero por fortuna la variedad de armas y la inteligencia artificial hace que disparar al mismo tipo de enemigos una y otra vez durante el juego no se vuelva una tarea tan tediosa como suele pasar. No me malinterpreten, hay una variedad presente entre ellos -desde kamikazes hasta tipos grandes con mucha armadura- pero no hay nada que se destaque verdaderamente.
La naturaleza y la basura reinan en las calles como pequeñas piezas de historia que revelan lo que solía haber allí antes.
Cada explosión, disparo a alguna superficie, o el mero hecho de caminar por calles inundadas con agua contaminada hacen parte de los centenares de detalles que uno puede encontrar en los escenarios. Recorrer la ciudad, incluso sin la sociedad que solía habitarla, se siente real en pequeñas dosis. La naturaleza y la basura son dos elementos que reinan en las calles, no solo como decoración, pero también como pequeñas piezas de historia que revelan lo que solía haber allí antes. También, en forma de objetos coleccionables, hay grabaciones de conversaciones pasadas e incluso «Echos» para ser encontrados, los cuales recrean situaciones con una suerte de hologramas en puntos específicos del mapa.
Pero sin dudas, uno de los detalles que más me llamó la atención es la vida animal. Mientras recorría la ciudad por primera vez, me topé con un ciervo mientras doblaba por un callejón, pero este fue rápido en escapar al ser testigo de mi presencia. Perros, zorros, halcones, ratas, e incluso mapaches pueden ser encontrados en cada rincón si somos lo suficientemente cuidadosos y atentos con el entorno.
Poder presenciar el comportamiento que tienen, ya sea al escapar preocupados cuando comienza un tiroteo escondiéndose debajo de un vehículo, o quedarse mirándonos al estar a una distancia corta es algo inesperado en el mejor sentido de la palabra. Por fortuna, no hay necesidad de cazarlos para construir equipo utilizando sus pieles u otras partes del cuerpo, algo que ocurre hasta el cansancio en otras franquicias de Ubisoft como Far Cry, lo que hacen de cada encuentro bastante único para The Division 2, considerando que todo gira alrededor de la destrucción y el caos.
Y allí se presentan un número de conflictos e interrograntes. Explorar Washington D.C. es una tarea más que placentera, el sistema de disparo fue mejorado y cada arma tiene su propio impacto. Por fortuna, el «loot» siempre se mantiene variado e interesante. Pero si llegas al juego esperando encontrar una historia que se haga responsable de los mensajes que evoca en todo momento, este no es el lugar correcto para ello. Desde declaraciones diciendo que se trataría de una experiencia apolítica hasta el poco significado que se le da a todo lo que ocurre en el mundo, nos hace preguntarnos si era realmente necesario poner tanto énfasis en una historia que se resiste a tomar un bando a toda costa.
Sin embargo, si tan sólo quieres preocuparte de invertir tu tiempo en un videojuego, entonces The Division 2 es la mejor opción hoy en día para aquellos que se han cansado ya de Destiny 2 o se hayan sentido defraudados por Anthem. Peca de tener microtransacciones, pero por fortuna se centran solamente en lo estético. Y el mapa a futuro indica que habrá nuevo contenido siendo lanzado a lo largo de todo 2019. No hay dudas de que llegó para quedarse, tomando lecciones de lo bueno y lo malo de su antecesor.