El 19 de febrero de 1974 el mundo de los videojuegos cambió para siempre. Después de cerca de dos años de tramitación, Nolan Bushnell y su naciente compañía Atari obtenían la patente para comercializar Pong, su primera consola doméstica.
La patente la describía como un “sistema de control de posicionamiento de imagen de video para dispositivos de diversión”. Sin embargo, este extenso nombre no le hizo honor a su simpleza: Pong básicamente era una consola que permitía jugar tenis de mesa (o ping-pong) en una pantalla.
Si bien el Pong de Atari se basó en la que fue al primera consola doméstica, la Odyssey de Magnavox, los resultados de esta última no se compararon con el éxito que alcanzó el dispositivo de Bushnell a partir de 1975, luego de llevar los videojuegos de las salas arcade al interior de los hogares.
Lubricante social
Los orígenes de Pong comenzaron en 1972, cuando Bushnell conoció y probó la Odyssey en una feria tecnológica. Sin embargo, el fundador de Atari consideró que el videojuego podía ser perfeccionado, por lo que se propuso desarrollar una máquina arcade.
El gabinete Pong de Atari fue estrenado en el bar Andy Capp’s Tavern de Sunnyvale, California, en 1972. Inmediatamente llamó la atención y superó hasta en cuatro veces los ingresos de otras máquinas que funcionaban con monedas.
Entre 1973 y 1974, Atari había vendido más de 10,000 unidades de gabinetes de Pong.
Según Bushnell, esta versión de Pong cumplió un papel relevante como “lubricante social”, ya que se trataba de un videojuego pensado para varios usuarios.
“Era muy común que una chica con una moneda en la mano tirara una chico de un taburete de la barra y dijera: ‘Me gustaría jugar Pong y no hay nadie para jugar’. Era una forma en la que podían jugar, estaban sentados hombro con hombro, podían hablar, podían reír, podían desafiarse entre sí”, ha declarado.
De las demandas al éxito definitivo
A comienzos de los setenta convivieron numerosos clones de Oddyssey, incluyendo el de Atari. Sin embargo, el giro llegó de la mano de un ingeniero de Atari, que propuso desarrollar una versión casera de la máquina arcade: el Home Pong, cuya patente fue otorgada el 19 de febrero de 1974.
El primer prototipo consistía en un dispositivo unido a un pedestal de madera con más de cien cables, que finalmente fueron reemplazados por un solo chip, el de mayor rendimiento utilizado en un producto de consumo hasta entonces.
El desafío era comercializarlo. La cadena de tiendas por departamento Sears ofreció un acuerdo exclusivo, pero Atari lo rechazó. Sin embargo, después de fracasar en la búsqueda de socios comerciales, accedió en enero de 1975.
Las primeras unidades fueron fabricadas bajo el nombre de Tele-Games de Sears, que vendió alrededor de 150,000 unidades. Esas cifras la convirtieron en el producto más exitoso de la tienda. En 1976, Atari lanzó su propia versión bajo su marca, que vendió 50,000 unidades adicionales.
El éxito de Pong no pasó inadvertido para Ralph Baer, el inventor de la Magnavox Odyssey. Dado que una serie de documentos probaron que Bushnell había conocido la Odyssey antes de lanzar su versión de Pong, Atari aceptó alcanzar un acuerdo extrajudicial con Magnavox. La compañía de Baer le ofreció una licencia a Atari, a cambio de lo cual recibiría los derechos sobre los productos de la compañía de Bushnell durante un año.