En la década de los setenta, las consolas de videojuegos recién comenzaban a popularizarse. A esas alturas, Atari ya había tomado la delantera con su Atari 2600, pero otros fabricantes quisieron aprovechar el empuje de los videojuegos caseros. Y fue así como Mattel, la marca detrás de juguetes famosos como los autos Hot Wheels o las muñecas Barbie, decidió entrar al mercado con un producto electrónico: la Intellivision.
Intellivision, televisión inteligente en 16-bit
La idea de Mattel fue crear una consola que, de alguna manera, se diferenciara de lo que ya había a la venta, sobre todo en la parte audiovisual de los videojuegos. Aquello fue patente en la versión de Pac-Man, que en la Intellivision (una abreviación de Intelligent Television, “televisión inteligente”) fue mucho más fiel a la versión de las máquinas arcade que la de Atari 2600.
¿Cómo fue posible? La Intellivision fue realmente la primera consola de 16-bit de la historia, debido a su procesador CP1610 desarrollado por la firma General Instrument. Hasta ese entonces, consolas como la misma Atari 2600 utilizaban chips de 8-bit y la diferencia fue patente en juegos como el mencionado Pac-Man.
En ese sentido, Mattel fue muy sagaz al aprovechar esas ventajas a la hora de publicitar su producto (en una época en la que la guerra de las consolas en publicidad todavía no llegaba a los niveles de Nintendo vs. Sega de los noventa). Un ejemplo de este enfoque agresivo fue la publicidad de la foto que aparece a continuación, en la que se comparaban lado a lado tanto la parte visual de los juegos como los componentes.
No deja de ser curioso que Mattel haya querido comparar directamente los controles de ambos aparatos aunque claro, tenía cierto sentido si se toma en cuenta que hacia finales de los setenta no existían los estándares de diseño actuales y cada compañía hacía lo que le parecía mejor. En el caso del Intellivision, una especie de teclado numérico con un pad para el pulgar.
Juegos descargables
La Intellivision no solo fue una precursora en términos de su procesador, sino que también supuso una innovación con casi cuatro décadas de adelanto: los videojuegos descargables mediante el llamado PlayCable.
PlayCable, también desarrollado por Mattel y General Instruments, fue un servicio que permitió descargar juegos mediante la infraestructura de televisión por cable. Para ello, se necesitaba un aparato extra que se insertaba en la consola y que a su vez se conectaba al cable receptor de la línea de TV. Por alrededor de $5 dólares de la época al mes, los usuarios tenían acceso a 20 títulos que rotaban de forma mensual.
Pese a lo innovador, el PlayCable no tuvo demasiado éxito, ya que la implementación del sistema, sobre todo del lado de las operadoras de cable, era costosa y, en vísperas del crash de la industria de los videojuegos en 1983, compañías como Mattel ya empezaban a vislumbrar algunos problemas. Sin embargo, hacia 1980, en Mattel vieron en el horizonte un modelo de servicio que empezaría a estandarizarse 40 años después.
El fin de Intellivision
Si bien esta consola fue uno de los mejores competidores de Atari en el mercado, Mattel cometió varios errores que a la larga le costaron caro. Uno de ellos fue el desarrollo de un teclado como accesorio que permitiría utilizar la consola para programar en BASIC y que, en sus inicios, fue parte del empuje publicitario.
Sin embargo, ese teclado causó muchos dolores de cabeza para Mattel, en parte porque su construcción y diseño fue demasiado problemático; tanto así que el organismo regulador estadounidense –la FTC— impuso multas a la compañía por publicidad engañosa. Finalmente, Mattel canceló el dispositivo original, a la vez que lanzó una versión mucho más simplificada del mismo y cuyas capacidades técnicas estuvieron lejos de las prometidas en un inicio.
Por otra parte, Mattel licenció la producción de la consola a diversos fabricantes que lanzaron a la venta sus propias versiones, algunas con nombres distintos. A comienzos de los ochenta aparecieron una pseudo sucesora y un intento de ídem: la Intellivision II fue la misma consola original, pero más pequeña y con piezas más baratas. En tanto, la Intellivision III se diseñó y llegó a ser un prototipo con mejores componentes que la original, además de ser retrocompatible con todo el software ya existente, sin embargo, fue cancelada en 1983.
Con la llegada del crash de 1983, Mattel empezó a ver cómo su división de videojuegos reportaba pérdidas, lo que causó el final definitivo de la Intellivision. Una consola que, sin ser de las más exitosas de la historia, logró causarle algo de daño a Atari y que, en su momento, alcanzó a tener un respetable 20 por ciento de la cuota de mercado.