¿Pueden las ratas jugar videojuegos? Científicamente, todo indica que sí. Y la prueba es este experimento en el que unas ratas de laboratorio lograron moverse por un nivel del clásico Doom.
El experimento fue realizado por el neurocientífico húngaro Viktor Toth y para lograrlo utilizó un visor de realidad virtual modificado y una pelota de espuma sobre la cual se desplazaron los roedores. El nivel que debían recorrer era muy sencillo y lineal, pero lo suficientemente complejo como para entrenar a las ratas y que estas lograran comprender lo que debían hacer: caminar sobre la pelota para avanzar dentro del juego.
El incentivo para los animales estaba en recibir unas gotas de agua azucarada cada vez que realizaban una acción exitosa. La idea de Toth era que las ratas pudieran enfrentar a los enemigos del juego y activar un disparo al levantar el cuerpo, pero por razones de tiempo no alcanzó a entrenar tal comportamiento. Pese a ello, en general las tres ratas no tuvieron problemas para cumplir con los objetivos del nivel diseñado por el propio científico.
Toth explica que jugar videojuegos “involucra la interconexión de varios procesos cognitivos” tanto en seres humanos como en animales de este tipo. En el caso de las ratas, estas no son capaces de entender lo que implica disparar para saltar un obstáculo o derrotar un enemigo, aunque Toth sospecha de que quizá otro sistema para entrenar esta acción podría resultar más efectivo.
El experimento en general resultó bastante limitado por temas de tiempo. Por ejemplo, el movimiento fue registrado solo en un eje, pero Viktor Toth cree que su experimento comprueba que este tipo de interfaces permitirán hacer estudios más profundos sobre comportamientos y procesos que ocurren a nivel cerebral.
Las tres ratas fueron bautizadas como Carmack, Romero y Tom, en honor a John Carmack, John Romero y Tom Hall, los creadores del Doom original.