“Sony hizo un tremendo trabajo de ingeniería con estos auriculares”
- Diseño pequeño y liviano
- Buena autonomía
- Excelente calidad de audio
- Opción de punteo en gran área
- Sin carga inalámbrica
- Para algunas personas pueden resultar molestos
Sony da una vuelta de tuerca al mundo de los auriculares sin cable con su modelo más reciente, los Sony LinkBuds. Estos son por completo distintos a todo lo que habíamos visto hasta ahora, pues tienen un diseño de anillo abierto en lugar del clásico formato intraauricular.
Probé este par de auriculares ultraligeros cuyo precio es de $180 dólares, y si quieres saber qué me parecieron, te recomiendo que sigas leyendo.
Diseño
Como era de esperar, el primer punto en el que nos detenemos en este análisis es en el diseño de los nuevos Sony LinkBuds. Son muy pequeños y solo pesan 4 gramos. De hecho, cuando los puse junto a los Sony WF-1000XM4 y los WF-C500 parecían casi de juguete, pero no lo son.
Los auriculares y su funda están fabricados con materiales de plástico reciclado procedentes de vehículos. Puedes pensar que al estar hechos de plástico su acabado es de baja calidad, sin embargo, no es así. Están muy bien construidos y llegan en dos colores: gris oscuro y blanco.
Estos pequeños “donuts” se introducen en nuestro canal auditivo y quedan suspendidos en los oídos a través de unas cómodas orejeras de silicona. Como cada oreja es un mundo, Sony incorpora en la caja cuatro tamaños de adaptadores para que puedas utilizar el mejor para ti. Ponerlas y quitarlas de los auriculares es muy sencillo.
Los LinkBuds son ligeros, fáciles de poner y además se quedan muy bien fijados a la oreja. Sin embargo, en mi caso (tengo las orejas muy pequeñas) la experiencia no fue del todo buena. Y es que, incluso con el adaptador más pequeño, al cabo de mucho rato con ellos puestos noté un ligera molestia en la oreja, ya que la gomita me presionaba demasiado en el pliegue interior.
Recalco que este es mi caso, por lo que la experiencia dependerá mucho de cada persona y la anatomía de su oreja, pero la conclusión principal es que no pesan nada, no se mueven y por ende, no se caen.
Para seguir con el diseño, estos auriculares son 50 por ciento más pequeños que los Sony WF-1000XM4, algo que también se refleja en su estuche. En este caso, la caja es 26 por ciento más pequeña que la de los 1000XM4 (que a su vez era 40 por ciento menor que la de los WF-1000XM3) y 17 por ciento más ligera. Esta reducción de tamaño tiene un claro ganador: nuestra comodidad.
Es un verdadero placer llevar encima estos auriculares, pues todo el conjunto apenas supera los 40 gramos y no abulta nada. Por último, señalar que tienen clasificación IPX4, así que, si eres de los que hace ejercicio con auriculares, el sudor y la lluvia no serán un problema para ti.
Calidad de sonido y controles
En primer lugar, tenemos que mencionar que estos auriculares no tienen cancelación de ruido (imposible con ese agujero), por lo que están más enfocados para su utilización en el día a día, donde no queremos desconectar del exterior.
En lugar de utilizar controladores de conducción ósea o altavoces, los LinkBuds tienen un formato de anillo que permite que todos los sonidos del mundo exterior entren a través del agujero. Al mismo tiempo, los sonidos digitales que reproduzcas llegan al odio mediante el interior del anillo.
La calidad del sonido es excelente, pero se echan en falta unos graves más potentes (es el precio a pagar por esos grandes agujeros que abren una ventana al exterior).
Con un volumen bajo se escuchan los sonidos ambientales más sutiles; sin embargo, si lo subes un poco se pueden percibir sonidos más fuertes como gritos o la bocina de un coche, pero no mucho más. Con esto lo que quiero decir es que estos auriculares no te aíslan, pero sí te permiten disfrutar de lo que estés escuchando por encima del ruido exterior.
Por ejemplo, los llevé de viaje cuando acudí al MWC, en Barcelona, y podía escuchar música o realizar llamadas por la calle o en el metro sin problema. Eso sí, para trabajar en el tren o en la sala de prensa tuve que echar mano de unos auriculares con cancelación activa de ruido.
En cuanto a los controles, al principio se hace un poco raro manejarlos, ya que la superficie es muy pequeña, pero Sony tiene una solución para esto: la opción de punteo en gran área. Con esto podemos realizar los gestos en regiones cercanas a la oreja (debajo del lóbulo y de la patilla) para manejar los controles con más facilidad.
Otra función que me encantó es “Speak to chat”, con la que los auriculares son capaces de identificar cuándo hablas con alguien para parar la reproducción.
Así como el resto de auriculares de Sony, podemos manejarlos desde la app Headphones Connect para Android o iOS. Aunque no es estrictamente necesario, sí te lo recomendamos, ya que después de emparejarlos con el teléfono la app te permite calibrarlos para ajustarlos a tu oído.
Autonomía
Sony no ha confirmado de manera oficial cuál es el tamaño de la batería de estos auriculares ni la del estuche de carga, pero afirma que son capaces de darnos una autonomía de 5.5 horas con reproducción continua.
Durante mis pruebas, más o menos este fue el tiempo de uso que conseguí, siempre dependiendo del volumen al que los utilizara. El estuche da 12 horas adicionales con una carga completa y en poco más de 10 minutos tienes dos horas de autonomía.
Como punto débil diré que no tienen carga inalámbrica; esta se realiza mediante USB-C (cuenta con un cable para ello).
Conclusión
Sony hizo un tremendo trabajo de ingeniería con estos auriculares. Si eres de los que suele andar siempre con uno puesto y otro no para poder escuchar lo que te dicen, sin duda estos son perfectos para ti.
Además, esta marca siempre es garantía de calidad en términos de sonido, y tanto su tamaño como su peso son perfectos para llevarlos siempre encima. Eso sí, si buscas unos auriculares con cancelación de ruido tendrás que optar por los WF-1000XM4 (bastante más caros) o por otros más económicos como los Echo Buds de segunda generación.