Para muchas personas que practican deportes, traspirar copiosamente es parte de su rutina diaria. Pero ahora, investigadores han estado trabajando en un nuevo parche de piel que analiza componentes bioquímicos del sudor, y transmite los resultados a tu teléfono. De alguna manera, logra que tu piel te hable.
Aunque suena parecido a algún otro fitness tracker, esta tecnología parece estar en otro nivel. Muchos wearables de hoy siguen las calorías, la actividad, y la frecuencia cardíaca. Sin embargo, este parche de piel sería «radicalmente diferente».
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Por lo menos, eso es lo que afirma John Rogers, director del Centro de Bio-Integrated Electronics de Northwestern University, diciendo que «el sudor tiene componentes bioquímicos dentro de él que nos dicen mucho sobre la salud fisiológica.»
Por ejemplo, al analizar el sudor, el biosensor podría advertir a un atleta que sus electrolitos están bajos. Esta técnica ofrecería una señal mucho más temprana que la que recibimos cuando empezamos a sentirnos deshidratados.
Rogers, sin embargo, tiene sus ojos más allá del uso de esta tecnología para simples ejercicios regulares. Con la investigación adicional, el parche podría examinar a los pacientes para enfermedades como la diabetes o la fibrosis quística.
Usar esta tecnología no podría ser más fácil. Con un tamaño que la hace casi imperceptible, esta elegante etiqueta engomada se adhiere a cualquier tipo de piel, inclusive a aquellas que sean más sudorosas. Todo lo que tienes que hacer es pegar el parche en tu piel y moverte.
Dentro del parche hay pequeños canales que recogen el sudor y lo mandan a diferentes compartimentos. Allí es donde el sudor reacciona con los productos químicos incorporados y cambia de color, para mostrar la acidez, niveles de cloruro, glucosa y lactato.
Básicamente, los colores simbolizan tus niveles de hidratación y electrolitos. Es allí donde tu teléfono entra en juego. Al tomar una foto con una aplicación, el teléfono interpreta los colores.
Para probar los nuevos biosensores, el equipo de investigación de Rogers los conectó a los brazos y espalda de deportistas voluntarios, quienes llevaron los parches durante una carrera al aire libre en Tucson, Arizona. Como era de esperar, los parches de piel permanecieron en su lugar durante la carrera. Además, los resultados de la prueba bioquímica de los usuarios coincidieron con lo que se recogió en un grupo de control.
Todavía queda mucho por hacer antes de que los parches de piel de Rogers puedan entrar en producción. Sin embargo, se espera que en un futuro formen parte de la siguiente generación de tecnología vestible para deportistas, y, según espera su creador, también ayuden en el campo de la medicina.